La Málaga bañada por el Mediterráneo, a través del que ha recibido, en mayor o menor medida, la influencia de todas las civilizaciones que la han ocupado, la ciudad de los museos, la Málaga innovadora, con más de 50 proyectos de smart cities, la cuarta en turismo idiomático con vocación de convertirse en la primera, la del Festival de Cine en Español, que ya lleva 20 ediciones, la que tiene la cultura como estrategia para su desarrollo en el siglo XXI y para convertirse en destino de referencia más allá del sol, la playa o los espetos de sardinas, recibió ayer el importante aval del Instituto Cervantes, que la ha elegido por estar a la vanguardia cultural para celebrar aquí la reunión anual de directores de este organismo, que se encarga de la promoción y enseñanza de la lengua española por todo el mundo.

La Reina Letizia asistió ayer (pero no tomó la palabra) al acto de inauguración de este importante encuentro en el que más de setenta directivos de la institución, que desempeñan su trabajo en 44 países de todo el mundo, discutirán las líneas maestras para diseñar su futuro. Una oportunidad inigualable, además, para convertirse en «embajadores voluntarios» de la ciudad, de su oferta cultural, gastronómica, medioambiental y de ocio, como se encargó de destacar el director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet. Todos han recibido la bienvenida de las principales autoridades de la ciudad.

Empezando por el alcalde, Francisco de la Torre, que en su discurso agradeció a la Reina su presencia, como representante de la Corona, «que ha desempeñado un papel esencial en la consolidación del castellano como lengua compartida, por todos los españoles, dentro de la riqueza lingüística y cultural de España y ha desempeñado, asimismo, un papel histórico esencial en la expansión del español en otros continentes y países».

Haciendo gala de una memoria prodigiosa y sin apoyarse en el papel, el regidor hizo un repaso, una a una de las 87 ciudades de los cinco continentes en las que el Instituto Cervantes está presente con una sede, recibiendo el aplauso del auditorio.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, también dio una calurosa bienvenida a los asistentes y agradeció el papel del Instituto como «altavoz del español en el mundo», no sin antes destacar los méritos que reúne Málaga y Andalucía para ser sede de este importante encuentro de definición de su nuevo modelo de implantación, haciendo un repaso por las principales figuras filosóficas y literarias de la tierra, como el mismísimo Cervantes, asiduo en Málaga, Córdoba o Sevilla, y que escogió en muchas ocasiones escenarios andaluces para situar a los personajes de sus novelas.

Juan Manuel Bonet, por su parte, que fue quien planteó a De la Torre la posibilidad de que Málaga acogiera esta reunión anual, «porque estos encuentros tienen lugar en ciudades de cultura y Málaga lo es de modo mayúsculo», según destacó, hizo un repaso por los retos de futuro más importantes del organismo que dirige, haciendo hincapié en la necesidad de abordar un «plan de choque cultural», tal y como anunció en su reciente toma de posesión.

Bonet no escatimó tampoco palabras de agradecimiento a la participación de Su Majestad en este encuentro, destacando el «compromiso permanente» de la Corona con la cultura española y con el Instituto Cervantes, asegurando que los Reyes «saben en su condición de mejores embajadores de España, de su lengua y su cultura, que allí donde hay un Instituto Cervantes hay un punto de irradiación del español y de lo español».

El director hizo una revisión de los principales asuntos que se abordarán en esta cita malagueña, anunciando la apertura de tres nuevas sedes en Suiza (probablemente en Zurich), Senegal y Corea del Sur. Bonet resaltó que aunque hace tiempo que no se inauguran nuevos centros del Instituto en el extranjero, el «buen hacer» en la gestión ha permitido obtener remanentes con su actividad, que supone el 48% de los 120 millones de presupuesto de la entidad (64 millones de euros proceden de la financiación estatal).

El director también insistió en que en esta reunión se afrontará la necesidad de ir aumentando la presencia de la institución en Estados Unidos (presente en la actualidad en Nueva York, Chicago y Albuquerque) , ya que en el país reside el 10% de la comunidad hispanohablante y donde en los últimos meses se prodigan las «turbulencias de carácter chouvinista», en clara alusión a Donald Trump.

Claro que, para ello, es necesario un aumento de la inversión. Y no dudó en solicitarla, porque «más cultura y de más calidad exigen más presupuesto y más centros». Por este motivo, confía en que el Gobierno autorice una mayor capacidad de gasto.

El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, que también intervino en la inauguración de esta reunión, recogió el guante lanzado por Bonet y se comprometió a aumentar la aportación presupuestaria, «seguramente sin llegar a cumplir las expectativas», según aseguró, reconociendo las limitaciones y restricciones monetarias existentes. Aunque se comprometió a negociar con el «guardián de los dineros», es decir, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Dastis, del mismo modo, elogió el papel del Instituto Cervantes como «una red de faros que dan luz a una lengua: el español».