­Andalucía volvió a rendir homenaje ayer a la figura de Blas Infante, el considerado padre e instigador de la patria andaluza, de cuyo fusilamiento, en 1936, se cumplen 81 años. De nuevo, y como viene siendo habitual, la conmemoración reunió en diversos actos a los representantes institucionales y a los estudiosos de la obra del pensador y político, del que por primera vez se ha compilado el rastro que dejó en la prensa y el inventario oficial de sus apariciones públicas. Un trabajo, este último, elaborado por la Fundación Centro de Estudios Andaluces, que reproduce 81 artículos relativos a la proyección de su actividad y sus iniciativas estatutarias.

El recorrido de esta biografía heterodoxa crece a partir precisamente de julio de 1936, que es cuando la presencia de Infante se multiplica, de manera paralela a la promoción de la causa autonomista. Su compromiso se exhibe en diarios de la época como La Voz, que fue el periódico elegido para publicar, el 30 de mayo de 1936, el cuestionario con el que instaba a municipios, entidades y particulares a pronunciarse sobre el anteproyecto de Estatuto de Andalucía.

Especial mención merecen las informaciones publicadas en la prensa acerca de la Asamblea pro Estatuto Andaluz celebrada el 5 de julio de 1936. En esta importante Asamblea se designó una Junta Ejecutiva, con Blas Infante como presidente de honor, encargada de redactar el proyecto de Estatuto que debería ser aprobado por la Asamblea en una reunión programada para el último domingo de septiembre, habida cuenta de las vacaciones parlamentarias. El objetivo era presentar dicho proyecto en las Cortes ese mismo octubre y que el proceso estuviese concluido antes de finales de año. Una redacción que no llegó a concluirse ya que el Golpe de Estado del 18 de julio se llevó por delante todas las aspiraciones autonomistas.

Las últimas apariciones públicas de Blas Infante antes del 18 de julio fueron objeto de una detallada atención por parte del periódico El Liberal. En sus crónicas recoge la presencia del político en Cádiz el 12 de julio de 1936 en un acto de propaganda pro- Estatuto celebrado a iniciativa de la Diputación Provincial gaditana, que tuvo lugar en la sede del ayuntamiento. Se procedió a izar la bandera andaluza en el balcón principal de la institución municipal, bajo la presencia del presidente de la Diputación Provincial, el alcalde de la ciudad, el alcalde de Sevilla y el propio Blas Infante.

La última noticia referente a Blas Infante previa al 18 de julio fue recogida por las páginas onubenses de El Liberal que, el 15 de julio, informaba de su próxima visita a Aracena, un viaje que nunca llegó a realizarse. La fórmula democrática del pluralismo autonómico que había abierto el orden republicano en varios puntos quedó abortada tras el golpe del 18 de julio y hasta la muerte del dictador Francisco Franco en noviembre de 1975.

Blas Infante Pérez de Vargas nació en 1885 en Casares, donde vivió los primeros años de su infancia. Concretamente, hasta su ingreso como alumno interno en el colegio de los Escolapios de Archidona. Sus primeros años transcurrieron en el contexto de una Andalucía campesina, que atravesaba un momento de crisis, fuerte analfabetismo, paro y emigración. Todo ello, trascendería en su pensamiento político.

Más tarde, y tras un breve periodo trabajando como escribiente municipal, el político se trasladó a Granada para cursar la carrera de Derecho, licenciándose año y medio más tarde. Posteriormente, retornaría a su pueblo natal, donde haría las oposiciones de notario, que acabarían otorgándole una plaza en Cantallana (Sevilla). Al establecer su residencia entre este pueblo y Sevilla, entró en contacto con el mundo político e intelectual del Ateneo sevillano, donde se impregna de la preocupación por las reformas políticas, la problemática social y las cuestiones andaluzas.

De esta etapa son sus primeros escritos. En 1916 fundó el primer Centro Andaluz en Sevilla con el propósito de crear un órgano de expresión de la realidad cultural y social de Andalucía. Comienza de este modo a dar forma a la lucha por la Autonomía. En este sentido, promovió además la celebración de la Asamblea de Ronda de 1918, donde se asumió la Constitución Federal de Antequera de 1883 que pretendía la integración en un Estado conformado por varias entidades territoriales. En esta misma Asamblea se aprobaron la bandera blanca y verde y el escudo de Hércules triunfador como símbolos de la Autonomía de Andalucía. En 1919 redactó el Manifiesto de Córdoba, en el que se reivindica a Andalucía como nación. En ese mismo año se casa con Angustia García Parias, con la que tendría a sus cuatro hijos.

Con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera en 1923 se suprimen los Centros Andaluces y Blas Infante se traslada a Isla Cristina como notario. Más tarde, en Coria del Río, retoma su labor pro-Estatuto y vuelve al terreno de la política. El 2 de agosto de ese mismo año es detenido y el día 11, justamente hace 81 años, es fusilado en la carretera de Sevilla a Carmona. Su condena, dictada posteriormente, le acusa de haberse significado «como propagandista».