Andalucía mantiene una importante asignatura pendiente en su sistema educativo, aunque tiene buenas razones para sacar pecho de lo conseguido en la última década. La elevada tasa de abandono prematuro de los estudios era un lastre que ensombrecía cualquier éxito educativo. Mucho se ha avanzado, pero no lo suficiente. No, al menos, para cumplir con la Estretegia Europea 2020, que fija en un 15% el porcentaje de la población joven entre 18 y 24 años que no tiene título académico. La comunidad tiene solo tres cursos para reducir en nueve puntos este índice y cumplir con este objetivo de la UE.

En la última década, Andalucía ha logrado reducir sus elevadísimas tasas de abandono escolar temprano un 15%. Cada vez son más los jóvenes andaluces que comprenden lo importante que es acabar su formación académica para tener un futuro de ciertas garantías laborales. A pesar incluso de la crisis económica, o precisamente por eso. El boom de la construcción empujó a muchísimos jóvenes a alejarse de las aulas para ponerse a trabajar en la obra, sin ningún tipo de cualificación. Pese a todo, el trabajo les reportaba interesantes salarios. La recesión les devolvió de bruces a la realidad, pero también a los institutos, en muchos casos, con el objetivo de sacarse al menos el graduado en las escuelas de adultos.

Se entiende que han abandonado prematuramente sus estudios quienes no han obtenido el título de la ESO, o habiéndolo logrado no continúan sus estudios, ya sea en Bachillerato, Formación Profesional o cualquier curso de formación no reglada. El primer caso se consideraría, además, fracaso escolar, al no haber conseguido la titulación mínima.

Reducir la tasa de abandono escolar temprano por debajo del 10% en 2010 era uno de los puntos de referencia establecidos por el Consejo Europeo de Mayo de 2009 sobre un marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación. En la mayoría de los países miembros el porcentaje de abandono escolar temprano disminuyó, pero el progreso realizado fue insuficiente, marcándose nuevos objetivos para 2020. Para España, un 15%.

La Junta considera que, además del contexto socio económico, las medidas emprendidas en los últimos diez años han permitido que esta tasa de abandono se haya reducido en Andalucía en estos 15 puntos, pasando del 38% en 2010 al 24’4% en 2016 convirtiéndose así en la comunidad autónoma donde se ha producido el mayor descenso en este período.

La región parte, como siempre, de una posición desventajísima respecto al resto, con elevadas tasas de analfabetismo en la población hace apenas 40 años. El objetivo ahora no es otro que continuar esta reducción y lograr lo que establece en la Estrategia 2020. Pero el tiempo se agota. Pese a esta buena noticia, la media andaluza sigue siendo un 5% superior a la española, que también ha logrado reducir esta tasa al 20,3%, cuando en el año 2011 era del 26,3%, según datos del Ministerio de Educación.Estrategia

Por este motivo, continuarán «con las medidas que se han evidenciado como eficaces para lograr una mayor y mejor permanencia en el sistema educativo en Andalucía». Muchas de ellas son de tipo preventivo, como la Educación Infantil o la atención individualizada a lo largo de la educación básica. Otras son paliativas como las distintas becas que en Andalucía se han puesto en marcha para que el alumnado con escasos recursos económicos no abandone su escolarización (Becas 6000, Adriano y Segunda Oportunidad). Por último, existen otras medidas para «reenganchar» al alumnado que en su momento salió del sistema, como la Educación a Distancia o la oferta modular en los Ciclos Formativos.

La Consejería de Educación informó esta semana de que ha publicado la resolución definitiva de la Beca Segunda Oportunidad para el pasado curso 2016/17, dirigida a facilitar la reincorporación de los jóvenes que en su día abandonaron el sistema educativo sin titulación.

«De esta manera, la Consejería cumple con el compromiso de abonar estas ayudas financiadas con fondos autonómicos en plazo e, incluso, ha adelantado en varios meses los pagos, mientras que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte sigue sin transferir el pago de la beca general, a pesar de que el Ministerio dispone de toda la documentación requerida», según denunció en un comunicado.

Otras de las medidas puestas en marcha son la Beca 6000 y la Beca Adriano, para que el alumnado con escasos recursos no abandone su escolarización. También la de transporte escolar gratuito en enseñanzas posobligatorias. Y es que el abandono escolar temprano es un fenómeno complejo en el que influyen factores educativos, pero también económicos y sociales.

La batería de disposiciones para combatir el abandono prematuro se articula también en torno a los programas de refuerzo y acompañamiento, como el PARCEP (apoyo educativo y refuerzo en Primaria) y PARCES (en Secundaria), que mejoran la calidad y cantidad de los aprendizajes.