­Málaga sigue sin taxis y a la espera de la reunión que el sector mantenderá hoy con el consejero de Fomento, Felipe López. La huelga está en manos de la Junta. Al menos, así de claro lo dejaron ayer los representantes de las asociaciones de autónomos, que reunieron a más de 500 trabajadores en una asamblea celebrada en el poliderpotivo de Ciudad Jardín para decidir el futuro de las movilizaciones.

En Sevilla hoy plantearán al consejero sus reivindicaciones para garantizar, desde su perspectiva, un mayor control de las licencias de VTC, que son las utilizadas por Cabify, con idea de emular la normativa que hay en Cataluña.

El presidente de la Asociación de Autónomos del Taxi de Málaga (AUMAT), José Royón, destacó que la tensión se ha visto rebajada de forma considerable al tener constancia de que la treintena de vehículos de Cabify que llegaron de Madrid ha dejado de operar en Málaga, aunque recordó que no pueden desconvocar la huelga por este motivo por solidaridad por el resto de compañeros de la Costa del Sol que se unieron a la protesta de la capital.

La decisión se adoptó en la asamblea donde se pusieron de manifiesto posturas diferentes entre los taxistas, aunque no así entre las distintas asociaciones que, según Royón, «vamos juntas en todo lo que hacemos». En un ambiente de cierto nerviosismo, tras invitar a los medios de comunicación a abandonar el pabellón, unos taxistas se mostraron a favor de continuar los paros y otros, por el contrario, eran favorables a retomar la actividad antes de que termine la Feria y aprovechar los últimos días para recuperar parte del dinero que han dejado de ingresar. Al final se acordó esta vía intermedia, extendiendo la huelga al menos un día más (hasta hoy) y restableciendo el servicio en el Aeropuerto de Málaga, como ya se había producido la madrugada anterior.

«No podemos afirmar que la huelga tenga las horas contadas», matizó, no obstante Royón, que atendió a los periodistas al finalizar la reunión. En todo caso, esperan que la cita de hoy con el consejero de Fomento puede ser clave para obtener una solución definitiva al problema, para la que son muy optimistas, teniendo en cuenta que el ejemplo de la normativa de Cataluña puede facilitar mucho el acuerdo para obtener una regulación. «Nosotros estamos muy regulados por la administración, desde hace años convivimos sin problemas con los vehículos de Autosol, pero con la llegada de las nuevas tecnologías también se ha dado lugar a mucha picaresca. Desde el 2009 hay un vacío legal por culpa de la ley Omnibus. Los cabify no están cumpliendo las leyes, no pueden hacer funciones de taxi, solo pueden prestar servicios si son precontratados, pero provocan esperando en paradas a que salte la aplicación y no todo el mundo reacciona de la misma forma o captando clientes en la vía pública. Si en Cataluña este modelo funciona bien, por qué no vamos a copiar», señaló Royón, quien espera buena predisposición hoy por parte del consejero para dar una solución al conflicto.

Con el resultado de la reunión que mantengan hoy con López, los presidentes de las asociaciones convocarán una nueva asamblea en Málaga para decidir el futuro de la huelga.

Royón pidió perdón a los usuarios por los problemas que pueda haber ocasionado con la huelga, pero pide que se entienda que ellos también ha renunciado a importantes ingresos que se producen en estas fechas para intentar buscar una solución definitiva. Además, condenó los actos violentos y las agresiones que se han podido producir y reiteraron que se cumplirán los servicios mínimos, con 285 taxis disponibles en la ciudad, «que atenderán todas las urgaencias y situaciones de emergencia».

La asamblea empezó con cierto retraso al llegar los presidentes de las asociaciones de taxis más tarde de la hora prevista, siendo recibidos con pitidos por una parte de un centenar de asistentes a la asamblea. Además, los fallos en la megafonía y la acústica del recinto dificultaron el normal desarrollo de la asamblea en sus comienzos.

La asamblea se desarrolló a puerta cerrada y tras unos días de fuerte tensión por la huelga de taxis que se inició el sábado por la noche por sorpresa y que dejó la Feria y el Aeropuerto de Málaga sin servicio, salvo algunos casos especiales. La protesta del lunes, en la que cerca de 400 taxistas cerraron el Parque al tráfico, fue el colofón a dos días de mucha tensión con agresiones a conductores y coches adscritos a la plataforma Cabify.