Málaga podría contar con una nueva conexión directa con Estados Unidos. La progresión experimentada en los últimos años por el turismo estadounidense, junto al aumento de las salidas vacacionales hacia Nueva York, ha llevado a la compañía Air Europa a plantearse la posibilidad de ampliar su oferta e impulsar la creación de un vuelo permanente entre alguna de las megalópolis norteamericanas y la Costa del Sol. Según ha podido saber este periódico, la aerolínea, perteneciente a un grupo de capital español, ha iniciado en las últimas semanas la negociación con el tejido empresarial andaluz, que está ejerciendo de consultor y puente. Especialmente, en lo que respecta a la economía del proyecto y sus perspectivas de viabilidad.

Al igual que ocurrió con Delta Airlines y el enlace a Nueva York, el único que funciona hasta el momento en Andalucía, las posibilidades de implantación de la línea dependerán de la fortuna de un trabajo que se entiende desde primera hora forzosamente colectivo, y, en el que, además de la propia firma aeronáutica, están implicados los empresarios y los agentes, tanto públicos como privados, dedicados a la promoción. La razón no es otra que los valores comerciales y sociales que se asocian a este tipo de conexiones, que, lejos de representar una simple aventura inversora, suponen una oportunidad de oro para estrechar lazos y ensayar nuevas vías de negocio. Algo que tiene una resonancia particularmente sensible en la provincia. Y más, en estos tiempos, tan volcados en el turismo.

Los cálculos que hace Air Europa tienen que ver precisamente con la capacidad de atracción de la futura línea; el dilema, que es el mismo que ocupa a Delta respecto a la ampliación de su vuelo, actualmente sólo operativo en el verano, consiste en saber si el mercado estadounidense -tan rentable como a menudo cíclico y veleidoso- tendrá en el futuro pulso suficiente como para estirar su ritmo de crecimiento, que, por ahora, es ilusionante, pero todavía muy lejano al que justificaba el famoso trasiego de chárter de los sesenta.

A Miguel Sánchez, responsable turístico de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), no le queda, sin embargo, ninguna duda de que la marcha emprendida en los últimos años por el turismo norteamericano -modesta, pero sostenida- acabará por enterrar las vacilaciones y dar consistencia a los proyectos. De momento, los pasos de Air Europa van ganando cuerpo: existe en curso una ronda de reuniones, que, según las mismas fuentes, se reanudará en las próximas semanas. El pasado año la Costa del Sol registró un total de 105. 000 viajeros estadounidenses, lo que representa un 15 por ciento más que en el ejercicio anterior. A ese crecimiento, se suma el gran comportamiento del mercado canadiense, que a través del enlace con Montreal, arrastra una subida en el mismo periodo de casi 40 puntos.

Ambos emisores, con gran tirada a nivel mundial, están dando argumentos de sobra en los últimos años para amparar proyectos de ambición. El propio presidente de Turismo Costa del Sol, Elías Bendodo, lo ha dejado claro con firmeza, señalando a Estados Unidos como uno de los grupos turísticos internacionales con más y mejor futuro en la provincia. No se trata, en cualquier caso, de ningún mercado inexplorado: la tradición, el vínculo, apunta alto. Precisamente a los albores del destino y el nacimiento de la costa, que discurrió en paralelo a la amistad con el amigo americano. En los sesenta, la primera etapa de esplendor, los estadounidenses eran mayoría. Superando, incluso, en número y en noches de hotel a los británicos y a los nórdicos.

Los tiempos, ahora, son otros. Y si es cierto que no hay perspectiva de alcanzar esos niveles a corto plazo, tampoco se puede decir que persista el estancamiento que sucedió a la primera época dorada. El ciclo se ha empezado a invertir. Acaso desde la famosa visita de Michelle Obama en agosto de 2010, que se tradujo en una campaña de promoción sin precedentes. Sobre todo, porque el viaje sirvió de acicate para las instituciones, que se lanzaron sin complejos a la conquista de América. El impulso continúa todavía, con iniciativas recientes y un trabajo organizado por parte de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga y Turismo Costa del Sol.

La industria turística, al menos en la provincia, se ha puesto a desarrollar una estrategia cabal, que tiene muy en cuenta la manera de seducir al turismo norteamericano, diferente a la de otros mercados de componente anglosajón. Arturo Bernal, gerente de Turismo Costa del Sol, habla de la cultura, los congresos, el golf. Las perspectivas son positivas. Miguel Sánchez alude a un aumento de los contratos previsto para septiembre. El crecimiento prosigue. También en lo que se refiere al vuelo de Delta a Nueva York, que este año ha multiplicado sus plazas, manteniéndose desde el 26 de mayo al 30 de septiembre. Quién sabe si el próximo año es necesario sumar nuevas estadísticas. Sería, sin duda, una extraordinaria señal.