No es sólo por su fama. Y, ni mucho menos, por su hegemonía económica. Si hay algo que convierte a Estados Unidos en un mercado especialmente suculento es el perfil de sus viajeros, que se adapta casi como un guante a las necesidades de la Costa del Sol. El amigo americano, al menos en su acepción turística, se caracteriza por su alto nivel de gasto medio, cifrado en 2.024 euros, una cantidad muy superior a la de la mayoría de los turistas extranjeros. Añade, además, una tendencia a las estancias largas -del orden de diez días- y a la movilidad, con rutas que sirven para repartir beneficios por el conjunto de Andalucía. Su escala de intereses, que abarca el golf, el lujo y la cultura, es asimismo extraordinariamente útil para el sector, que anda desde hace años buscando fórmulas que permitan ampliar la oferta y romper con la dependencia hacia el verano y el turismo del sol y playa.

Andalucía es actualmente el tercer destino del país en las preferencias de los estadounidenses. En términos generales, el mercado está en un momento de expansión, gracias a la salida de la recesión y la relación favorable del dólar respecto a monedas como el euro.