La nueva fábrica de Cerveza Victoria es un edificio de unos 3.300 metros cuadrados. El corazón de la planta lo conforman la cervecería y la zona de envasado. En ruido, en movimientos y en olor todo es como uno se lo imagina en un proceso industrial. En noviembre del año pasado se puso la primera piedra. Diez meses después, la cerveza más malagueña ya corre por los tanques. Como finas arterias que nutren el cuerpo, una red de tuberías recorre una nave diáfana que permite intuir, desde fuera, lo que hay en el interior. Donde antes había ruina, ahora luce una moderna instalación. La ausencia ya es pasado. Es mejor volver cuando todavía te puedan echar de menos. Un sentimiento así es el que exteriorizó Sergio Ragel, responsable de Cerveza Victoria para la provincia de Málaga, durante la primera visita guiada que se efectuó este jueves: «Hemos venido para quedarnos. Aunque, realmente, nunca nos marchamos sino que tan sólo se dejó de producir en la ciudad». Un intermedio que se superó ayer, prácticamente una década después de que cerrara sus puertas la fábrica original que se ubicaba en el polígono del Guadalhorce. Ragel calificó el día de «histórico para Málaga».

Un punto de inicio, como se explicó, dentro de una sana ambición por seguir expandiendo el territorio. Contó la primera visita guiada también con la presencia del maestro cervecero de la casa, Eduardo Sall. Una profesión, sin duda, con gran prestigio que ha ido evolucionando con los años. No hace falta pensar en Panoramix porque el profesional se asemeja más a un científico de laboratorio que a un druida en busca de la poción mágica. Cada cerveza es un mundo en sí y Sall no dudó en desvelar la nota de cata de una bebida que para algunos es cuasi isotónica y en Málaga responde a la exclamación de malagueña y exquisita: «Victoria es una cerveza dorada y brillante, con burbujas finas y abundantes. En nariz, presenta un toque de fruta madura y mucho olor a levaduras que le dan carácter. En boca, su perfecto equilibrio dulzor-amargor, le otorga un sabor exquisito con un final torrefacto que invita a volver a degustarla».

De los sabores cálidos a los fríos números, la maquinaria ya está en plena marcha. Cualquiera diría, por lo rodado de los movimientos, que ayer fue el primer día. Ahora mismo, según detalló Sall, la producción anual se eleva a los 1,2 millones de litros. Con expectativas de ir elevando la producción en función de la demanda. Sobre el papel, la capacidad de la fábrica es de tres millones de litros. En lo económico, una inversión de unos seis millones de euros que ha devenido, de entrada, en la creación directa de 40 puestos de trabajo.

Hubo, desde el principio, una clara vocación de crear el vínculo con Málaga. Por ello se apostó por alguien de la casa, GANA Arquitectura, capitaneado por Antonio Galisteo, que ayer recordó la comanda que recibió allá por 2014 de parte del Grupo Damm. «Querían enseñar el uso industrial de la fábrica y eso explica que todas las partes estén conectadas. Eso nos permite que el visitante obtenga una experiencia sensorial, y los que vengan a visitar el proceso se lleven esa experiencia a casa». Aquí está la siguiente vuelta de tuerca. Según detalló Ragel, casi tan importante como la fabricación, la intención es la de acercar la cerveza al ciudadano. Las cabezas pensantes ya están en ebullición para concretar. Pero se espera que la fábrica ejerza de marco para actos diversos. Desde foros a presentaciones de libros o conciertos.

Para fabricar cerveza en cantidades industriales se precisa de instalaciones en relación al cometido. Por ello la nueva planta se divide en cuatro áreas diferenciados. La cervecería, donde tendrá lugar la cocción, será el alma de la fábrica. En esta zona también estarán los tanques de fermentación y la bodega de guarda, donde la cerveza madura. El proceso artesanal que permite el consumo en óptimas condiciones. La estructura de la fábrica tiene su principal atractivo visual en el frontal.

Fiesta de inauguración

A las puertas de la celebración del día de la patrona. Cartuchos de simbolismo se dispararon en lo que resultó ser el plato fuerte de la jornada. Una fiesta de inauguración por todo lo alto que reunió en la explanada de la avenida de Velázquez a numerosos representantes políticos e invitados. Acudieron, entre otros, el consejero de Empleo de la Junta, Javier Carnero, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo -que anunció la próxima incorporación de Cerveza Victoria a la marca Sabor a Málaga-,y el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, además de numerosos concejales y representantes de Damm. Entre parabienes y mucha cerveza, la fiesta resultó ser en realidad casi un minifestival de verano, con actuaciones que se prolongaron hasta bien entrada la madrugada. Entre las actuaciones a destacar, Anni B Sweet, Danza Invisible y Les Castizos.