Cada vez son más los miles de turistas que visitan la Costa del Sol atraídos por la gastronomía, como uno de los pilares fundamentales junto al clima y la seguridad ciudadana del destino o las facilidades para el acceso al mismo. También lo remarcan las autoridades especializadas en el sector turístico. Pero no menos importante es el dato que a pie de playa remarcan los propios empresarios que están al frente de los chiringuitos. El espeto de sardina, por ejemplo, ya se ha convertido en reclamo de consumo generalizado.

«Vienen turistas de las nacionalidades más dispares y la mayoría opta por el buen pescado de nuestra bahía a la brasa. Desde el típico espeto de sardinas hasta el calamar también espetado», remarcan los responsables del chiringuito Lagos, situado en el extremo más oriental del término municipal de Vélez Málaga y a sólo unos cuantos kilómetros del puerto de Caleta. Precisamente con el inicio del mes de septiembre cierra sus puertas a la temporada estival dicho establecimiento, con un balance «más que positivo».

En la propia lonja de Caleta de Vélez, los pescadores remarcan las variedades que mayor precio alcanzan en el mercado: bogavante, calamar, camarón blanco, las puntillitas, las quisquillas o el gallo, con un coste en origen que en algunos casos supera los 20 euros. Málaga se distingue por poder ofrecer en sus establecimientos de hostelería «pescado muy fresco». Este factor es determinante: «No es lo mismo comerte una buena caballa recién subastada, la tarde antes, en la lonja de Estepona, que estar en Madrid esperando a que el transporte llegue con lo que has pedido», justifica otro de los espeteros consultados en el entorno de la playa de Sacaba, en la capital malagueña.

Cangrejos, jibias, pulpos, salmonetes, chirlas, jureles o boquerones abarrotan, una tarde cualquiera, las salidas de los atraques pesqueros en Caleta de Vélez. «No es muy conocido el pulpo malagueño, en relación al gallego. Pero no todos nuestros turistas saben que en septiembre todo el pulpo a la gallega que se vende en España, o una gran parte, procede de los barcos que lo sacan del mar en los puertos malagueños», insiste Eduardo Rodríguez.

Asimismo destaca el auge de otras variedades, como el bonito, la cigala, la coquina, el curruco o el bonito, que también son pescados por embarcaciones con base en los puertos situados en la zona más occidental del litoral malagueño. Precisamente abunda la Dirección General de Pesca de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en la riqueza de especies que atesora el Mediterráneo andaluz, al justificar ese «óptimo estado de salud» que atesora el sector pesquero en la provincia de Málaga. Caleta de Vélez es el estandarte, pero no menos significativa es la aportación de los recintos portuarios de Estepona, Fuengirola, Marbella y la capital malagueña.