Asegura que la comunidad autónoma necesita al menos 500 profesionales para la demanda de la población, con necesidades de rehabilitación a causa de la cronicidad de diversas enfermedades.

¿Cuál es el principal escollo que, a su juicio, tienen los fisioterapeutas?

En primer lugar los problemas son comunes tanto en los malagueños como en los andaluces y los españoles. El mayor problema es que, pese a ser una profesión muy instaurada y demandada en la sociedad, aún tenemos poca presencia en el sistema sanitario, que arrastramos desde los inicios. Tenemos una ratio muy baja, necesitamos una oferta pública de empleo acorde a la población. La lista de espera en Andalucía es brutal en todo lo que afecta a traumatología, en rehabilitación la lista de espera es inasumible, hasta de un año. Es un tapón por el que la población busca uno privado.

Lo ha dicho. Muchas veces quien necesita un profesional por una lesión piensa en que debe abonar sesiones de manera privada. ¿Ha asumido la sociedad que esto es así?

Está normalizado. Hay un porcentaje enorme de compañeros que son autónomos, el ciudadano malagueño ha asumido que es así. Es muy parecido a lo que le pasa a los dentistas, es sin duda el principal problema.

¿Cuántos profesionales harían falta?

Hay que hacer un cambio total, hay que dotar a los servicios de fisios, hay muy pocos, harían falta por lo menos 500 plazas nuevas en toda Andalucía, en las últimas oposiciones hubo diez plazas. Eso sí, tenemos una ventaja, el SAS sabe que tenemos el problema, ahora es el momento de empezar a hacer una oferta de empleo acorde a lo que se necesita. Hace dos o tres décadas ni siquiera había, cuando la gente tiene un problema va al fisioterapeuta y el SAS no ha continuado ese crecimiento, hay un desfase absoluto.

Una lesión sin tratar por un especialista... ¿en qué puede repercutir?

Una lesión sin tratar puede desencadenar en agravar la propia lesión y en daños colaterales. Por ejemplo, si te pones una prótesis de rodilla de última generación que tiene un coste muy elevado para las arcas, unos 6.000 euros, si no se consigue que la persona comience a andar, la persona se puede quedar coja, por lo tanto, después del gasto el paciente no termina recibiendo lo que esperaba, tener una rodilla hábil. En ictus es peor, tenemos un servicio oncológico de los mejores del mundo, de trasplantes también, pero cuando llega un ictus, el médico y el enfermero hacen un trabajo espectacular y cuando hay que rehabilitar ahí empezamos con la temible lista de espera. Cuando tienes un ictus cuanto más tiempo tardes en volver a recuperar la funcionalidad más costoso es volver a recuperarlo, por tanto se crean personas con una grave incapacidad. Y en tema de dolor el paciente crónico en toda Europa es territorio del fisioterapeuta, aquí no, va a urgencias, se le encama, se la da morfina y acaba con invalidez y una pérdida de calidad de vida.

Antes hablábamos de una lesión sin tratar pero, ¿y una lesión mal tratada?

Tenemos un problema tremendo con temas de compañías de seguro privado. Funcionan con tarjeta que pagas una cantidad al año, pero estas compañías pagan tan poco dinero, a veces 5 euros por servicio, que hacen que el profesional dé un mal servicio, porque no tiene tiempo para el paciente porque tiene que meter a muchos por hora. Y si no se le atiende bien se cronifica la atención y la agudiza, por lo que el paciente no mejora. El fisioterapeuta tiene que ganarse la vida, para que de este modo su negocio sea viable tiene que meter a muchos pacientes.

Su colectivo critica el intrusismo. ¿Hasta qué medida les afecta?

Ahí tenemos un problema importante. Contra eso proponemos formación e información. Todavía hay mucha gente que no tiene claro la diferencia entre un fisio y un quiromasajista. Uno va a la universidad, que por cierto es una de las notas más altas de acceso, y el otro es una persona que hace un curso en una academia privada. Hay personas que no lo tienen claro, muchos creen que están yendo a un fisio cuando le trata un quiromasajista.

¿Cuáles van ser sus líneas si resulta elegido en las elecciones?

Queremos abrir delegaciones en todas las provincias andaluzas, acercar el colegio al colegiado, que haya una oficina por provincia. Nuestro lema es «el cambio» porque queremos modernizar el colegio, como que haya voto telemático. Nuestros colegios hermanos tienen formación gratuita en la salud, los cambios son constantes. El colegio tiene que hacerse cargo y, aunque sea de perogrullo, queremos que el presidente tenga sólo dos mandatos. Nadie debe estar toda la vida en el poder, los servicios públicos deben rotar, es una vacuna contra la corrupción.