Por si no era suficiente con ser el primer presidente del PP al frente de la Junta de Andalucía, también quiere ser el primer malagueño en mandar en el Parlamento que tanto se le resiste a los populares. Por suerte, en su caso, una cosa vendría acompañada de la otra si logra superar el mayor reto de su carrera política. Juanma Moreno se la juega en 2019. A la vista de todos está que gran parte de su capital se depurará en unas próximas elecciones autonómicas en las que ya no jugará de cascarilla. En esa reducción a un simple objetivo, Moreno encontró este lunes el punto de salida para una carrera que se ha planteado, a fondo, como las largas maratones, aun a expensas del riesgo de evaporarse antes de tiempo. Si había que buscar un escenario para su puesta de largo, Málaga lo era casi de forma tácita. Lo que quedó ayer, una vez hecha la digestión del desayuno informativo celebrado en el Hotel Miramar, fue una frase de Moreno que servirá como paradigma para juzgar su propio futuro en menos de dos años, y a la que se hacía referencia al inicio de esta página: «Voy a ser el primer presidente malagueño de la Junta de Andalucía». Para que no ocurra lo contrario, Moreno saltó al pedestal con una batería de propuestas que servirá para sostener lo que será una base de campaña muy en sintonía con los temas de agenda que ha venido manteniendo el PP-A hasta el momento.

Cuando se ha hecho mucho énfasis en ligar las posibles deficiencias sanitarias a la Junta, Moreno adelantó que con él como presidente la situación se revertirá de forma radical con la construcción del ansiado tercer hospital en la capital. De acuerdo con el compromiso pronunciado ayer, este centro estaría funcionando antes de que finalice la siguiente legislatura en 2023. «Tengo una responsabilidad muy clara con esta ciudad, y por eso pondremos en marcha el tercer hospital», aseguró Moreno a pesar de la complejidad de un proyecto que, al menos en los programas electorales, está llamado a aguantar lo que le echen.

Hubo en todo su discurso una reivindicación constante de ese sano malagueñismo que se hizo acompañar de otra propuesta concreta, que viene a perforar en ese sentimiento de supuesto agravio comparativo que se ha extendido entre muchos. Moreno aseguró que, con él de presidente de la Junta, la capitalidad política se trasladaría a Málaga, al menos una vez al mes, gracias a la celebración del Consejo de Gobierno.

Sin necesidad de jurar su arraigo a la capital, cuyo evolución en los últimos años se encargó de intercalar de forma constante, el líder del PP-A se comprometió a desatascar algunos de los grandes proyectos que llevan algún tiempo empantanados en la ciudad. Por un lado, el metro, por otro, la integración del río Guadalmedina para lograr, de una vez por todas, una composición homogénea que ponga a fin a los delitos urbanísticos y estilísticos. «Me cabrea ver a Málaga abierta en canal. Los malagueños y todos los que nos visitan no se merecen ver la avenida de Andalucía tal y como está ahora, gracias a la Junta», insistió en que todas las soluciones respecto al metro deben pasar, exclusivamente, por el soterramiento de las vías. «Málaga se merece tener un metro soterrado, como lo tienen las grandes capitales, y no un tranvía», dijo, adelantando que no habrá un cambio de guión con respecto a lo que plantea el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Sobre la principal arteria fluvial, el Guadalmedina, que divide en estos momentos a la capital en dos, manifestó que tiene asumido el «compromiso y existe la manera para lograr la integración del río».

Tanto o más universal que el IVA. Si hay algo que que ha logrado con eficacia el PP-A en los últimos años, pretendidamente, ha sido el hecho de instaurar la idea de que detrás de cada herencia cohabita un desembolso grande para sufragar el impuesto de sucesiones. Mojada la pólvora en este sentido con el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, que ya sólo grava a las herencias por encima del millón de euros, las de las clases más pudientes, Moreno dejó claro que no renunciará algo que ha sido tan neurálgico para él. Aunque reconoció un «primer avance», volvió a pedir «una eliminación total» como viene haciendo desde la semana pasada.

El candidato de Málaga

Preguntado sobre el relevo de Francisco de la Torre como candidato a la alcaldía en 2019, el presidente popular tiró de manual argumentando que «no estamos en el momento de tomar decisiones sobre los candidatos a las alcaldías; vamos a darle tiempo al tiempo para buscar una solución conjunta pensando en los integrantes de la ciudad». Pero sí llamó la atención de los presentes en el auditorio que cuando alabó la gestión de Francisco de la Torre, presente en la sala, lo hiciese en tiempo pasado al asegurar que «ha sido uno de los grandes alcaldes de Málaga y la transformación de la ciudad se le debe a él».

A continuación añadió que iba a dar un titular: «Sólo puedo decirles que el candidato a la alcaldía está en esta sala», refiriéndose a la sala donde compartían mesa De la Torre y el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, el principal candidato a liderar la lista del PP en las municipales de 2019.