El Instituto de Estudios Portuarios ha acogido este martes una jornada sobre la Torre del Puerto organizada por la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) que ha acabado convirtiéndose en un acto de reivindicación del hotel de lujo, con inversión catarí, que ha diseñado el arquitecto José Seguí. Los empresarios, el alcalde, Francisco de la Torre y el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata han hecho una defensa cerrada del rascacielos, criticado a los opositores al mismo y reclamado una evaluación ambiental corta (de cuatro meses) frente a una ordinaria (dieciocho). De hecho, Seguí y Plata han llegado a advertir de que los inversores, que se van a gastar 115 millones de euros en el hotel, pueden cansarse si no hay agilidad en los tiempos de tramitación.

Colectivos ecologistas, algunos arquitectos y partidos de la oposición municipal se oponen al hotel de lujo en el dique de Levante, que tendrá 135 metros de altura, sobre todo por la contaminación del paisaje litoral de la ciudad, entre otros puntos. Plata ha sido muy claro antes de empezar el acto: «Espero que no le echemos más tiempo del que realmente se necesite, que ya es dilatado, ya es largo, para culminar todo el procedimiento urbanístico y administrativo que nos permita ver que la obra en tres años pueda iniciarse; si no, pues podemos tener problemas porque claro, nadie puede esperar infinitamente. Llevamos ya dos años de tramitación y estamos al inicio».

Plata ha considerado que el hotel del lujo es esencial para el Puerto, que el suelo es público y lo que se hace es una concesión al grupo hotelero catarí por unos años, de forma que luego se restituye el espacio a la ciudad, cree que este establecimiento casa muy bien con el turismo de cruceros (este año van a venir 95 barcos de lujo al recinto), está cerca del muelle de megayates que se ha proyectado y ha recordado que la evaluación ambiental está sólo destinada a un cambio de calificación de portuario-turístico a portuario-ciudadano-turístico de 1.000 metros cuadrados.

Seguí ha puesto también el dedo en la llaga: «El tema es el tiempo. Los inversores son respetuosos con el proceso, pero pacientes hasta un cierto límite». «La mayor dificultad está no en las exigencias legales y administrativas, sino en el tiempo. No presionan a las administraciones, pero sí desean agilidad; si esto no sale para ellos es fácil desviar su inversión a otro lado».

Plata, Seguí y el alcalde han criticado a quienes se oponen al proyecto. El primero ha sido contundente: «Hay gente que aparece por todas las esquinas, que tiene una capacidad muy especial para aparecer por todas las iniciativas que hay contra..., y no son muchos». También ha indicado: «Hay quien aprovecha para complicarlo todo hasta el infinito. Coincidió con el regidor en que un proyecto ya se planteaba en el Plan Especial del Puerto y nadie dijo nada. De la Torre ha defendido que más impacto visual tiene el muelle nueve, de contenedores, que el hotel, que además complementará al turismo de calidad, y se ha quejado de que esos colectivos no alegaron nada antes. El arquitecto también ha sido claro: «Hay ciertos grupos que controlan la ciudad existente, y cuando se da un salto para la modernidad, pierden el control intelectual de la ciudad». El arquitecto ha destacado la legalidad del proyecto, recordado que su estudio ganó un concurso y se ha declarado seguro de que las presiones «no influirán en la administración». Su colega Carlos Lamela, creador de la T4 de Barajas o de la reforma del Bernabéu, ha afirmado, sin referirse a estos colectivos, que las críticas a estos proyectos suelen ser habituales y que nacen del «desconocimiento».

El presidente de los empresarios andaluces, Javier González de Lara, ha pedido una tramitación de la evaluación ambiental corta y ha apuntado que Málaga no puede perder esta inversión. «Cada vez que intentamos poner en marcha un proyecto en la ciudad o la provincia hay dificultades añadidas», ha aclarado.