La Agencia Tributaria mantiene sus planes de trasladar en los próximos meses a los más de 800 trabajadores del edificio de Hacienda en Málaga a otros emplazamientos, después de que el pasado junio se conociera la existencia de daños estructurales en el inmueble que requieren de una profunda intervención. El calendario que se maneja para el traslado sigue siendo a finales de año o inicios de 2018, dependiendo de cómo avancen las gestiones de búsqueda de posibles sedes, según explicaron ayer fuente sindicales tras mantener un encuentro con responsables de la administración estatal.

El tiempo de duración de los trabajos que reforzarán la estructura del edificio de Hacienda, que se construyó a finales de los años 70, aún no está determinado pero se da por hecho de que requerirá, cuando menos, de bastantes meses.

El objetivo inicial era buscar unas dependencias que pudiesen acoger a todos los trabajadores, pero esta opción ha quedado de momento aparcada ya que obligaría al traslado a una zona de polígono industrial o de parque empresarial (donde sí hay espacios de dimensiones adecuadas para acoger a tal volumen de empleados), mientras que el deseo de la Agencia y de los propios trabajadores es continuar su actividad desde una zona céntrica. Por ello, los responsables de Hacienda vienen estudiando estos meses como primera opción el reparto de los trabajadores en varias dependencias y para ello se están valorando diferentes opciones. Entre ellos figuran algunos edificios de oficinas en el entorno de la plaza de la Solidaridad (entre ellos el Eurocom), la antigua sede del INSS o unas dependencias ministeriales en el barrio de la Malagueta, explicaron las fuentes.

El grueso de los trabajadores que desempeñan sus funciones en el edificio de Hacienda está compuesto por personal de la Agencia Tributaria (casi 450 personas) y el resto de reparte entre empleados de otros departamentos del Ministerio y de órganos como la secretaría general, el Catastro, Clases Pasivas o el Tribunal Económico.

En la reunión de ayer también se constató que las catas realizadas durante estos meses por los técnicos en el inmueble descartan que esos daños puedan suponer en algún momento un riesgo para la integridad de los empleados y de los más de 2.000 usuarios que diariamente pasan por las instalaciones. Los últimos estudios revelan incluso que el estado del edificio, situado al inicio de la avenida de Andalucía, es algo mejor del esperado, lo que no quita para que la intervención sea absolutamente necesaria y obligada.

De hecho, desde el pasado verano la zona del parking de los sótanos del inmueble está apuntalada y no es utilizada por los empleados. Tan sólo se usa puntualmente para algún servicio, por ejemplo la recepción de algunos archivos transportados en vehículos.