El hombre acusado de apuñalar a un amigo tras asestarle dieciséis puñaladas con un machete reconoció ayer el crimen y explicó que lo hizo porque reveló un secreto íntimo suyo de la época que fue legionario, «me dio en mi orgullo, en mi amor propio y me hizo daño». El juicio popular arrancó en la Audiencia Provincial de Málaga y durante el mismo el acusado aseguró que no tenía intención de matarlo, como mantiene la Fiscalía y la acusación particular que lo acusan de asesinato y tenencia ilícita de armas.

El crimen lo cometió el 23 de febrero del 2016, cuando el acusado se dirigió en Torremolinos al inmueble de la víctima, de 74 años y policía jubilado, y esperó a que éste saliera a la calle y en torno a las 8.20 horas se suscitó una disputa entre ellos. Explicó a los miembros del jurado que fue a verlo para hablar y que fueron amigos hasta el día que lo mató, pero que hubo una discusión por revelar una cosa que le hicieron unos legionarios marroquíes y que «paso lo que pasó».

El procesado, de 63 años, reconoció que el día del crimen llevaba un machete que tenía de la etapa de la Legión y que, en ocasiones, también llevaba una pistola. También alegó ser bipolar, tener esquizofrenia y arrastrar problemas desde que estuvo en la Legión y su defensa mantuvo que no fue premeditado, que esperó la llegada de la Policía, que confesó los hechos y que pudo verse afectado por sus problemas mentales, por lo que pide siete años y medio de prisión por homicidio. Por su parte, la Fiscalía y la acusación particular solicitaron, en su escrito provisional, veintidós años por un delito de asesinato y tenencia ilícita de armas. Las acusaciones mantienen que el encausado sacó el machete que tenía oculto entre sus ropas y «con evidente ánimo de ocasionarle la muerte» le golpeó de forma repetida y sorpresiva dieciséis veces. La víctima sufrió dieciséis heridas inciso punzantes en la cabeza, cuello, tórax, abdomen y espalda y falleció a consecuencia de las mismas tras sufrir un choque hipovolémico.