Más de 3.000 casos de mujeres víctimas de violencia de género están actualmente sobre la mesa de los cuerpo policiales de la provincia por sufrir algún tipo de riesgo. Esta es el último dato que arroja el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén), que a 30 de septiembre contabiliza 3.085 casos activos en manos de los cuerpos policiales, un 5% más que los registrados a la misma fecha del año pasado (2.935). Ni en 2016 ni en lo que va de año, la violencia machista se ha cobrado la vida de ninguna mujer en la provincia, algo que no ocurría desde que hay estadísticas al respecto (2002).

Sin embargo, la labor policial diaria sigue siendo brutal. Del total de casos activos, 1.672 corresponden a víctimas cuyo valoración de riesgo es no apreciado, aunque este incluye acciones como facilitar información de derechos y de recursos que tiene a su disposición, la revisión del caso cada tres meses, recomendaciones en medidas de autoprotección o medidas de protección directas si fuera necesario. El segundo grupo más numeroso lo forman las mujeres cuyo riesgo ha sido catalogado de nivel bajo con 1.162 víctimas. En este caso, el Sistema VioGén indica que se facilitan números de teléfono de atención permanente con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y se comunica al agresor de que ella dispone de protección, entre otras medidas. En nivel medio se contabilizan 238 expedientes de mujeres sobre las que la atención policial es más estrecha. Aquí ya hay una vigilancia ocasional y aleatoria en el domicilio y lugar de trabajo de la víctima, en la entrada/salida de los centros escolares de los hijos o el acompañamiento en actuaciones de carácter judicial. Incluso se le puede ofrecer el traslado de la víctima para ingreso en un centro de acogida. En riesgo alto, por su parte, el informe indica que la provincia de Málaga suma 12 víctimas que disfrutan de una vigilancia frecuente y aleatoria en los mismos escenarios y a las que se les insistirá para que acudan a un centro de acogida o al domicilio de un familiar durante los primeros días, sobre todo si el agresor no ha sido localizado o detenido. En este nivel se puede solicitar el seguimiento obligatorio del agresor mediante dispositivo electrónico o al control esporádico de sus movimientos. Por último se encuentra el riesgo de nivel extremo, categoría en la que en Málaga consta una víctima que requiere, además de muchas de las medidas anteriores, la vigilancia permanente hasta que las circunstancias del agresor dejen de ser una amenaza inminente.