Las obras de ampliación del Puerto de Málaga, en el último tercio del XIX, obligaron a hacer acopio de más de 700.000 m3 de piedra. Buena parte procedía de la cantera de San Telmo, en Pedregalejo, y para facilitar el transporte se construyó en la playa que hoy ocupa el Balneario del Carmen un puerto cuyas escolleras fueron demolidas en 1901.

La parte sumergida de una de ellas sobrevivió y casi 120 años más tarde podemos encontrar una enorme diversidad de fauna y flora marina.

«Este pedregal es como un oasis porque las especies necesitan un sustrato duro, fijo, donde poder hacer las puestas y donde hay muchos microhábitats», destaca Juan Jesús Martín, biólogo y uno de los fundadores de Aula del Mar, que subraya que es el único espacio submarino de este tipo en el municipio de Málaga.

El Aula del Mar fue uno de los colectivos que presentó alegaciones al proyecto de regeneración y ampliación de la playa de los Baños del Carmen, que contemplaba una gran playa artificial de arena. Las alegaciones motivaron que en abril de este año el Ministerio de Medio Ambiente descartara la evaluación de impacto ambiental abreviada del proyecto y pidiera una evaluación ordinaria (más amplia).

Para Juan Jesús Martín, el principal problema del roquedal de los Baños del Carmen es bastante obvio: «Como está cubierto por el agua no se ve y ojos que no ven corazón que no sienten».

Como adelantó La Opinión el pasado mes de junio, la Demarcación de Costas baraja ahora dotar la playa de gravilla en vez de arena. Sin embargo, para el biólogo la amenaza para la fauna y la flora del roquedal sería idéntica: «Arena o gravilla es lo mismo, genera mucha turbidez y se pondría en riesgo toda esa diversidad marina», subraya.

El biólogo insiste en que se trata de un oasis único, con la particularidad de que cuenta con aguas claras y con poca profundidad, lo que podría propiciar el buceo en familia.

«De alguna manera es como si fuera un parque submarino. ¿Para qué queremos tener otra playa artificial si aquí tenemos un tesoro?», se pregunta.

«A tiempo de salvarlo»

Juan Jesús Martín señala que «queremos darlo a conocer antes de que se entierre» y subraya que «todavía estamos a tiempo de salvarlo y además puede ser un recurso turístico para Málaga».

Para la arquitecta Lorena Garzarán, de la asociación de vecinos de Pedregalejo y autora de la propuesta de reforma del Balneario de la plataforma ciudadana en Defensa de los Baños del Carmen, «se debe hacer una evaluación en condiciones y a partir de ahí, que se den las soluciones al espacio de una manera integral, no solo para la parte marítima, sino también para la terrestre».

A este respecto, el biólogo del Aula del Mar reclama que «no se haga una actuación irreversible» y si se acomete alguna actuación para defender el balneario de los temporales «que sea compatible con la preservación de la vida marina».

Reserva ecológica

Juan Jesús Martín y Lorena Garzarán piden que se estudie algún tipo de protección para el roquedal, como declararlo reserva ecológica, algo que incluso podría partir del Ayuntamiento de Málaga. «Es una figura de protección que los ayuntamientos pueden proponer, como hizo el de Marbella con sus dunas», recalca el responsable del Aula del Mar.

En todo caso, para evitar que la arena o la gravilla acabe con este veterano espacio submarino, «es necesario que el movimiento ciudadano de Málaga tome conciencia del valor que tiene y se sume a la propuesta».

Juan Jesús recuerda que si en la provincia de Málaga hay rincones como los acantilados de Maro, Málaga capital podría contar con este parque submarino, lo que también sería una atracción para el turismo. «Y ya se hablará de cómo se gestiona, ahora lo principal es defenderlo para que no desaparezca», apunta.

Fuentes de la Demarcación de Costas informaron el viernes de que se ha licitado la nueva evaluación de impacto ambiental pero todavía no se ha adjudicado.