La Coruña acogió del 12 al 18 de octubre las Jornadas «Municipalismo, autogobierno y contrapoder», un foro en el que Juan Díaz, portavoz de La Casa Invisible y asesor de Málaga Ahora en la Diputación Provincial, impartió la ponencia llamada «Lectura de dos años de apuesta municipalista en Málaga». En el documento, la formación, además de hacer un análisis muy severo sobre Podemos, se plantea tres escenarios, siendo uno de ellos el de acudir a los comicios de mayo de 2019 sin el partido morado. Fuentes cercanas al movimiento prefieren este escenario, aunque en el texto se llega a decir que ir con Podemos o IU a los comicios es una vía de «cesión y repliegue».

El primero de estos escenarios es apostar «por la unidad popular y renunciar al modelo inicial de municipalismos, entrando en alianzas de coalición con otras fuerzas de izquierda (Podemos, IU) para, una vez en su seno, intentar cierto grado de autonomía y de seducción, influencia o imposición de algunas de las improntas municipalistas». Esa «es una vía de repliegue, de cesión». «En el mejor de los escenarios -gobierno- basta hacer balance de la experiencia de Madrid, con evidentes políticas de mejora vital (¿Como ya hacía IU, incluso PSOE?), pero con trazas claras de continuidad en las estructuras y formas de poder estratégico que definen un modelo de ciudad (¿se trata, pues, de una ruptura con el régimen?)».

La segunda vía, la preferida, según las fuentes consultadas, por los miembros de la formación, es «una apuesta fuerte de continuidad del modelo municipalista (autonomía, horizontalidad, confluencia, métodos) en la que la consecuencia más posible es una ruptura con Podemos, con distintas candidaturas compitiendo, salvo que en el proceso Podemos transija (parece difícil)». A priori, los resultados «parecen poco estimulantes (voto de castigo, potencia electoral de la marca Podemos. Sólo con una gran capacidad de reactivación, agregación y desborde se podrían obtener buenos resultados».

Para Díaz, Podemos flaquea y pierde fuelle en los sectores populares desmovilizados y en los perfiles de ruptura de régimen decepcionados con el devenir del partido morado y que, además, valoran las nuevas prácticas de los municipalismos. «Son perfiles potencialmente abstencionistas y fundamentales en la construcción de mayorías. La grieta está, y es una vía 100% de despliegue, pero la duda es si hay energía e ilusión para abordarla».

El tercer escenario es ceder el terreno electoral y volver a la autonomía, «haciendo una apuesta fuerte por la organización, la influencia desde fuera, la ruptura de régimen y nuevos procesos comunes». Esta es una de repliegue, aclara, «de ceder espacios, recursos y poder a la mediocridad y regeneración de régimen, perder, en definitiva, recursos personales y temporales». Eso sí, no necesariamente se ha de traducir en pérdida de «empoderamiento y potencia si la apuesta es fuerte (repliegue en un terreno para desplegarse en otro)».

En estos dos años y medio de mandato, Málaga Ahora dice haberse aprovechado de «la singularidad de un alcalde populista, que va por libre, que no es un hombre de partido» y del gobierno en minoría del PP. Entre los aspectos positivos del «asalto institucional» está el acceso a la información, tiempos y medios para procesarla y difundirla, posibilidad de establecer vínculos con conflictos cotidianos, recursos para elaborar informes sobre propuestas, introducir políticas públicas, introducir modos de acción en el ámbito institucional propios del 15M e «introducir un virus al régimen del 78». Por otro lado, disminuye la actividad en el ámbito de los movimientos.

En cuanto a Podemos, creen que es un partido al uso, un nuevo partido de escala cuasi estatal, «una organización-proceso que reproduce al propio régimen del 78 en sus prácticas cotidianas y que, por tanto, difícilmente puede ser un instrumento de ruptura». «Podemos e IU son claramente ajenos a las prácticas y métodos que se plantean desde los municipalismos democráticos». Uno de los enemigos del municipalismo democrático es «el clásico chantaje de la unidad de la izquierda».