­La era de José Ignacio Wert al frente del Ministerio de Educación será recordada, entre otras cosas, por el endurecimiento de los requisitos académicos para obtener una beca universitaria. La criba era implacable, lo que llegó a frenar las aspiraciones de muchos estudiantes, que renunciaban incluso a intentar acceder a una de estas ayudas de estudio ministeriales. La marcha del ministro, unida a la recuperación económica, provocó un pico en las solicitudes, tras varios años de descensos consecutivos. Este curso, la UMA recibe menos peticiones que el año anterior, pero es capaz de mantener el nivel de las aspiraciones de sus alumnos.

Este ligero aumento experimentado en los últimos años también se debe al importante esfuerzo económico que realiza la Universidad malagueña, que ha aumentado su presupuesto para compensar con ayudas propias a quienes se queden con la miel en los labios y rozando la opción de lograr una beca. Quien no logre una beca a la primera, tiene opciones de lograr una ayuda, a la segunda.

Según los datos oficiales facilitados por la propia institución académica malagueña, este año, al presentar la documentación para hacer la matrícula de grado o de máster, un total de 20.346 estudiantes entregaron también los papeles para pedir una beca del Régimen General.

El pasado curso 2016/2017 la cifra de solicitantes ascensió a 20.574. Es decir, este año son 228 menos. Prácticamente los datos se repiten. Es decir, más de la mitad de los alumnos matriculados en la Universidad de Málaga han probado suerte y confían en obtener una ayuda del Ministerio.

En 2015 fue un millar menor, sin embargo, la cifra más baja de solicitudes registrada en los últimos años. En concreto, 472 menos que el curso anterior (2014/2015). Cayó en picado, precisamente, por los duros criterios impuestos por Wert. Y con todo, el Ministerio concedía más becas de Régimen General, pero la cuantía de las mismas se vió reducida a los niveles de hacía una década.

La diferencia no deja de ser relativa, aunque llama la atención ya que después de varios años de crecimiento continuo, en el curso 2015/2016 la caída de solicitudes alcanzó al medio millar, cuando el curso anterior fue solo de 23 aspirantes.

La Universidad ya ha comenzado a cruzar la información facilitada por los alumnos con la disponible, tanto los méritos académicos como los requisitos económicos. El objetivo de la UMA es acelerar al máximo estos trámites y dar una respuesta en el menor plazo posible a quienes esperan una beca del Régimen General.

Los que no consigan superar el filtro, siempre les queda una segunda oportunidad: la convocatoria de ayudas conjunta de la Junta y la UMA. El alumno que no logre cumplir los requisitos académicos pero sí los económicos, automáticamente podrá acogerse a esta ayudas sin esperar si quiera a recibir la resolución negativa del Ministerio.

La UMA no quiere abandonar a sus estudiantes y mantiene su empeño para que nadie tenga que abandonar su carrera por motivos económicos. Por eso hace un importante esfuerzo presupuestario y este curso las partidas de fondos propios destinada a conceder ayudas de estudio han aumentado un 66%.

El curso pasado ya se aumentó el presupuesto de lo que se conocían como becas UMA-Junta (la Universidad aportaba 750.000 euros y el Gobierno andaluz 250.000 euros). A partir de este curso, la UMA aumenta en 500.000 euros su participación, mientras la Junta la mantiene. Con estas nuevas becas de cohesión social, cada alumno, en función de sus circunstancias personales, podrá recibir hasta 1.200 euros por curso.

En estos casos, el alumno no recibe dinero, sino que se les paga la matrícula.