Un mujer de 79 años ha sido absuelta por la Audiencia Provincial de Málaga de un delito de lesiones a una vecina que la acusó de propinarle un puñetazo y romperle tres dientes por las pésimas relaciones de vecindad.

La Sala señala que tiene serias y fundadas sospechas de que la acusada llegara a agredir a la perjudicada, por lo que justifica las medidas cautelares acordadas contra la misma, aunque no llega a la certeza para fundamentar la condena, según la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe.

El Tribunal reconoce que le "sorprendió" la diferencia de edad y complexión física de ambas implicadas, ya que la presunta agresora tiene prácticamente 80 años y es de complexión delgada, mientras que la supuesta agredida tiene 51 años y es de estructura fuerte.

Por ello, los magistrados afirman que "no es fácil imaginar una agresión tan brutal por parte de la primera a una persona mucho más fuerte y joven que ella".

"La animadversión existente entre las mismas es evidente", según la Sala, pues la supuesta víctima reprocha que la denunciada le manchaba el patio de la vivienda y la procesada también había denunciado discusiones previas y en dos ocasiones había solicitado orden de alejamiento.

Por otra parte, dos testigos que declararon en el juicio manifestaron que no vieron agresión alguna y uno de ellos aseguró haber tenido también problemas con la supuesta víctima porque tiene "un carácter muy especial y es una persona conflictiva".

Los médicos forenses mantuvieron que la caída de los dientes es compatible con ese tipo de golpes pero también señalaron que la paciente tiene una hipertrofia de las encías que puede obedecer a muchas cosas así como una diabetes mal controlada que puede facilitar tal resultado.

El ministerio público, tras la vista oral, retiró la acusación y el Tribunal destaca en la sentencia que durante el juicio la supuesta afectada hizo un cambio de versión y que tal circunstancia "influye negativamente" así como "la abierta animadversión existente entre ambas".

La acusación particular mantuvo los hechos como constitutivos de un delito de lesiones y pidió que la procesada fuese condenada a tres años de prisión y a indemnizar a la víctima con 7.000 euros por lesiones y secuelas.