El cambio de hora nos tiene un poco trastornados. No sé si a todos. Así como las explicaciones para mantener este adelanto en el reloj. Esto de tener que encender las luces de casa una hora antes para ahorrar energía... No se comprende muy bien. Pero eso dicen.

A las siete de la tarde ya es noche cerrada y eso es muy triste. Pero pese a que el sol se pone una hora antes, no faltan aún fotografías idílicas del atardecer malagueño desde los rincones más bellos de la ciudad. Los más cuidados. Los que Málaga muestra orgullosa a sus visitantes y los malagueños se han acostumbrado a disfrutar porque han sabido redescubrirlos después de importantes obras de reurbanización del entorno.

Las redes sociales son una plataforma maravillosa para hacer alarde de estas excelencias, con frases de Paulo Coelho, por supuesto. Imaginen el cielo anaranjado, unas nubes violáceas y una magnífica instantánea tomada con cualquier dispositivo móvil desde el Muelle Uno, con las pérgolas del Palmeral de las Sorpresas y el perfil de la Catedral y la Alcazaba, junto al siguiente texto: «Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él»... Evocador...

Imaginen ahora otra cita del famoso novelista brasileño. Por ejemplo: «Presta atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el instante mágico, está a nuestro alcance». Y de fondo, una imagen de la calle Larios de noche. Sin nadie. Iluminada solo por la hilera de farolas... Inspirador...

Pero a nadie se le ocurriría subir a su Instagram, por ejemplo, un «Las cosas simples son las más extraordinarias, pero solo los sabios consiguen verlas» con una foto de Vistafranca, del abandonado edificio del Colchón Flex. O en la Carrera de Capuchinos, donde se acumula la suciedad y las cacas de perro (aunque algunas deben ser de dinosaurio, del tiempo que llevan en el mismo sitio). O de cualquier calle del dejadísimo barrio de la Trinidad, lleno de solares y de suciedad.

Aún recuerdo un grafiti con un texto, no de Coelho precisamente, en una tapia que prácticamente no servía si quiera ya para dar sombra, en uno de los numerosos solares del barrio, en el que aparecían dos ratas. Una decía: «La Trinidad se parece al Paraíso». Y la otra le respondía: «Desde luego. Cada día hay más mierda». Y perdón por lo de Paraíso... Pues poco ha cambiado en tres décadas. Por desgracia para los trinitarios de verdad.

Hace solo cuatro días, el grupo municipal del PSOE denunciaba la presencia de ratas, mismamente, en Dos Hermanas, El Torcal, Puerta Blanca, Churriana, Miraflores, Ciudad Jardín y hasta en el Centro. Hasta en el casco antiguo, como reflejaba la fotografía de Jose Torres, redactor de La Opinión de Málaga, que publicó en su perfil de Twitter y que se hizo rápidamente viral. Una foto de una rata que parecía un lince, por su tamaño, en la antigua Judería, los conocidos terrenos ganados a El Pimpi que, que bien podría ir acompañada de la máxima: «Marditos roedores» (El gato Jinks).