­La ciudad de Málaga despertó ayer con la desagradable noticia de que Chiquito de la Calzada había fallecido. Uno de los grandes humoristas que universalizó el lenguaje más malagueño e incluso le dio una vuelta de tuerca, nos dejó la madrugada del viernes al sábado y miles de malagueños pudieron despedirse de él durante toda la jornada de ayer en la capilla ardiente que la familia quiso ubicar en la Diputación.

Numerosos políticos y rostros conocidos como Morta, Manolo Sarriá o Bigote Arrocet se acercaron a dar el último adiós al que ha sido uno de los embajadores de la tierra, una despedida a la que se sumaron miles de malagueños desde que se abrieron las puertas del auditorio de la Diputación, a las 12.30 horas, hasta las 22.00 horas.

El acto se organizó ayer por la mañana, tras confirmase la noticia, y empezó a las 12.30 horas, minutos después de la llegada del féretro al que acompañaban familiares y amigos, entre ellos, el hermano de Don Gregorio, Tomás, y su sobrino Juan Tomás. Un momento cargado de emoción y que dio paso a una jornada llena de sentimiento. «Nos hemos quedados un poquito huérfanos», detalló su hermano, mientras recordaba su gracia innata, su forma de hablar tan personal y su buen humor. Unas horas llenas de cariño y tristeza para los familiares de Gregorio Sánchez y su mujer fallecida, Pepita, que quisieron despedir a Chiquito a sus 85 años en uno de los lugares que tantos buenos momentos le dio en los últimos años. Allí fue donde a Don Gregorio se le pudo ver por última vez en un acto público. Fue durante el nombramiento de María Teresa Campos y Dani Rovira como hijos predilectos; el mismo escenario en el que hace tan solo un año la ciudad le nombraba hijo adoptivo. Un acto en vida que conquistó su corazón.

La clase política malagueña e incluso andaluza asisitió a este emotivo encuentro. El presidente regional del Partipo Popular, Juanma Moreno, propuso que el próximo 28 de febrero, Andalucía lo reconozca como hijo predilecto. «Representa la bondad, humildad, sacrificio y buen hacer». En esa línea se manifestó el alcalde de la ciudad, Francisco De la Torre, quien resaltó que el éxito le llegó pasados los 60 años. «Un malagueño que siempre llevó a Málaga en el corazón».

«Hoy perdemos a un malagueño muy querido y preciado, un trabajador incansable que nos hacía sonreír y, sobre todo, un malagueño del que todos nos sentíamos orgullosos de que fuera malagueño», indicó el presidente de la Diputación, Elías Bendodo.

La corporación municipal del Ayuntamiento de Málaga, en su totalidad, acudió a la capilla ardiente para rendirle tributo a Gregorio Sánchez antes del mediodía. Un escenario custodiado por una gran imagen del malagueño y dos maceros, la familia sentada a un lado y el féretro en el centro era la estampa que todos los malagueños pudieron ver para darle el último adiós. Además, a la entrada, se puso a disposición de todos un libro de condolencias para que el que quisiera dejara unas palabras en él. Un día para recordar anécdotas, algunas de las tantas frases y palabras que arrancaron las carcajadas de todos los españoles y su inigualable humor.

Durante la tarde el goteo de gente se intensificó. Familias completas con sus hijos pequeños, personas mayores, grupos de jóvenes... Nadie quiso quedarse sin despedirse del que tantos buenos momentos nos ha dado.

Una de las visitas más esperadas de la tarde fue la de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Tras asistir al comité federal del partido, en Alcalá de Henares, llegó pasadas las 17.30 horas a la Diputación provincial. Un encuentro fugaz con la familia para dar el pésame en el que destacó que Chiquito siempre estuvo dispuesto a asistir a cualquier acto por Málaga. «Un hombre que se hizo a sí mismo, que luchó y peleó. Un malagueño de pro», sentenció. A la pregunta de si se ha planteado otorgarle la medalla como hijo predilecto de Andalucía, Díaz respondió: «Seré sensible a lo que quieren los andaluces siempre».

Los que más estuvieron con él, acompañándole durante su carrera profesional, como Morta o su amigo Manolo Sarriá, aseguraron que esa forma de ser que le hizo ganarse el cariño de todos, era la esencia de Chiquito. Sin embargo, los últimos años, y tras la pérdida de su mujer Pepita hace un lustro, se había apagado. «Al fin está con su Pepita en el cielo», indicó Sarriá.

Hoy a las 11.30 horas se ha celebrado una misa en San Pablo, la iglesia de su barrio, La Trinidad, donde Gregorio Sánchez nació. Los restos de su mujer, que falleció hace cinco años, reposan en los columbarios de la Cofradía del Cautivo y las cenizas de Chiquito también serán depositadas allí.