El Colegio El Pinar ha puesto en marcha este fin de semana el primer máster nacional para prevenir y evitar los problemas que dificultan el avance de los menores en su itinerario académico.

Bajo el título ‘Trastornos de Aprendizaje y Fracaso Escolar’, este centro educativo de Alhaurín de la Torre ha diseñado un ambicioso programa formativo dirigido a maestros de Infantil y Primaria que busca dotar a estos profesionales de las herramientas necesarias para garantizar una respuesta psicoeducativa adecuada a los distintos perfiles de estudiante, de manera que ningu?n alumno se quede descolgado, según informa el Colegio El Pinar.

Neuroeducación, asociación entre conocimiento y emoción, aprendizaje integral a través de la observación y de la experiencia, trabajo lectivo adaptado a la teoría de las Inteligencias Múltiples, sistemas de integración sensorial en el aula, fomento del autoaprendizaje del alumnado y acciones pedagógicas que tomen en cuenta la motivación... Estas son algunas de las claves de este proyecto de postgrado coordinado por el maestro, fisioterapeuta y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos Curro de los Santos.

El máster cuenta con el concurso de especialistas y formadores de toda España que durante los dos próximos cursos pasarán por las instalaciones de El Pinar para trasladar sus experiencias a miembros del equipo de Infantil y Primaria del colegio, así como a otros profesionales del ámbito educativo.

“El docente debe replantearse cómo está haciendo las cosas en clase. A estas alturas resulta evidente que la misma lección no sirve para todos los alumnos y debemos ser nosotros quienes nos adaptemos a sus perfiles para evitar el fracaso. En este punto resulta fundamental formularse la pregunta de ‘para qué’ y en estos primeros módulos del máster haremos mucho hincapié en esta cuestión; en replantearnos nuestra manera de trabajar y ver en qué podemos mejorar para lograr el avance de todos los estudiantes del grupo”, explica De los Santos.

Según este experto, lo primero que necesitamos saber para poder intervenir adecuadamente con los pequeños es “conocer las claves de nuestro cerebro en el proceso de aprendizaje”. “Haciendo un juego de palabras, lo que necesitamos es ‘aprender cómo aprende la mente’. Debemos saber que en el asentamiento del conocimiento interviene la emoción, la motivación, la motricidad y otros muchos aspectos. Para un humano medio, es complicado quedarse quieto más de 30 minutos y este es un factor a tener muy en cuenta en las rutinas de clase; una circunstancia, que bien entendida, podemos usar a nuestro favor”, apunta el también director del ‘Centro Tándem’ de Madrid y experto en Integración Sensorial por la Universidad del Sur de California, además del I.S. Therapy West de Los Ángeles.

El máster se estructura en torno a 8 bloques temáticos a desarrollar durante los próximos dos años y que arrancan con un repaso basado en la práctica de los trastornos del aprendizaje -dificultades de escritura, lectura, aritmética, etc.

A continuación, le sigue una rutina de trabajo para aprender a identificar los trastornos citados en los primeros estadios de la infancia, así como a reconocer los factores de riesgo e indicadores precoces de futuras dificultades.

“Lo que nos da la ventaja de poder actuar antes y desarrollar las estrategias propuestas por los expertos para tratar estas situaciones”.

La detección es sólo el primer paso. A partir de ahí los docentes irán conociendo las fórmulas que va marcando el programa de postgrado con propuestas concretas de innovación en el aula. Estos son algunos de los ejemplos prácticos a los que se refiere el profesor De los Santos y en los que abundarán los especialistas en el apartado práctico: “Implementar descansos activos -de los 45 minutos de una clase convencional el niño aprovecha, con mucha suerte, veinte; y eso el que los aprovecha. Es un tema que debemos mirar y reconducir”, explica.

Además, apunta al uso de materiales pedagógicos multisensoriales “porque el aprendizaje debe hacerse tangible -especialmente en Infantil-”. Igualmente, se valoran las dinámicas de relajación, “que se sistematizarán en las clases, sesiones de mindfulness, fomento del diálogo activo con los estudiantes, así como decenas de acciones encaminadas a cambiar rutinas de aula”.

“El reto es hacer las clases más ‘fáciles’, agradables y, por tanto, productivas. Esta idea significa transformarlo todo y por ello debemos tocar cada uno de los elementos que intervienen en el proceso de aprendizaje”, detalla De los Santos.

Un experto en el tema que no duda de que en un plazo “no superior a cinco años” y aplicando las estrategias, conocimientos y actuaciones que plantea el programa “podríamos dejar el fracaso escolar en porcentajes inferiores al 10%, una cifra significativa si tenemos en cuanta que en Andalucía los datos actuales apuntan a porcentajes superiores al 20%”.

El abandono escolar temprano, junto al porcentaje de jóvenes que no lograr completar la segunda etapa de la Educación Secundaria Obligatoria, son los principales problemas a los que se enfrenta el sistema educativo español. Una situación que es especialmente grave en Andalucía, donde, según los últimos datos del Ministerio de Educación, casi uno de cada cuatro jóvenes -24% en el curso 2015/16- no llega a alcanzar este mínimo nivel de estudios. Estos datos nos sitúan a la cola de la Unión Europa en tasas de abandono educativo temprano.