Al echar la vista atrás, Carmela Fernández, veterana presidenta vecinal de Campanillas, concluye que en el barrio, «vamos con mejoras de década a década, por eso es una lucha constante». Si unos 20 años costó contar con el vecino Parque Lineal de Campanillas, recuerda la presidenta, supera la década la reclamación de una solución para el tramo urbano del arroyo de La Rebanadilla, que nace por la zona de Santa Rosalía-Maqueda y desemboca en el Guadalhorce.

La convivencia de este arroyo a cielo abierto con la urbanización El Roquero, en un tramo que ronda los 450 metros, había causado infinidad de molestias a los vecinos.

«Aquí han tenido problemas de ratas, mosquitos, culebras, plagas de garrapatas por las casas... Los vecinos me mandaban fotos de ratas por el Parque Lineal, en la calle, en todos lados», recordaba ayer Carmela Fernández, que recorrió la calle Fausto con La Opinión.

El arroyo también se había convertido en un problema durante las cíclicas trombas de agua, lo que en alguna ocasión provocó la inundación de la explanada de calle Fausto en la que se encuentra el Instituto de Campanillas, «y los niños tuvieron que salir del instituto en tractor».

Ocho meses de ejecución

En este caso, hay luz, no al final del túnel sino del arroyo, porque antes del pasado verano, la asociación de vecinos ya pudo conocer el proyecto de encauzamiento del arroyo, realizado por la Gerencia de Urbanismo, con un presupuesto de 911.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses.

Como informó este periódico, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha abierto este mes el periodo de información pública del proyecto, algo que Carmela Fernández considera «un paso de gigante, porque después de más de diez años, ya no es algo metido en un cajón».

La presidenta vecinal destaca que, en un primer momento, técnicos de la Gerencia de Urbanismo informaron a los vecinos de que el presupuesto no iba a permitir actuar en toda la calle Fausto, sino desde el final del Parque Lineal hacia abajo, «cuando nosotros queríamos que el tramo del Parque también estuviera incluido porque las molestias para los vecinos que viven ahí son las mismas».

Al final, Carmela Fernández explica que la asociación de vecinos, en una Comisión de Medio Ambiente, «pedimos que cuando se sacara el proyecto a licitación, el dinero que las empresas rebajaran se invirtiera en la parte del Parque Lineal. Esta propuesta la mandaron a Urbanismo y nos dijeron que la iban a tener en cuenta. No dejamos pasar una oportunidad», recalca.

El siguiente objetivo de la asociación es pelear porque las obras se incluyan en los próximos presupuestos municipales, para que la obra no permanezca en el limbo administrativo.

Los vecinos confían en que el encauzamiento del tramo urbano poca coto a más de una década de problemas sin fin.