El personal sanitario y asistencial de la provincia de Málaga ha enviado a la Fiscalía especializada en Violencia sobre la Mujer 435 partes por sospechas de que las mujeres atendidas en distintos centros hospitalarios o de atención primaria hayan sufrido malos tratos físicos o psíquicos, según ha asegurado esta mañana la fiscal andaluza en la materia, Flor de Torres.

La acusadora pública ha insistido en que se trata de situaciones en las que se sospecha que ha existido violencia de género y que estas denuncias se remiten diariamente en virtud del protocolo existente para estos casos. Luego, la Fiscalía abre diligencias de investigación penal y tiene seis meses para ver si hay delito. Por cierto, en este apartado también entran episodios de violencia doméstica, es decir, de hijos a padres o abuelos.

Este número ha descendido en los últimos años, ha dicho en una rueda de prensa ofrecida esta mañana en el Hospital Materno Infantil de la capital, antes de participar en una jornada de formación a sanitarios sobre violencia de género. Hace tiempo, se detectaban hasta 900 sospechas al año. Fuera de este apartado se quedan los casos evidentes de violencia sobre la mujer detectados en urgencias o en consultas de atención primaria o especialistas, asuntos en los que hay lesiones, que se remiten directamente como denuncias a los juzgados de la provincia. "La violencia de género ya no está amparada por el secreto profesional", ha explicado, para insistir en que, pese a todo, el artículo 416 del Código Civil permite a las mujeres no declarar contra sus parejas o exparejas

Preguntada sobre si esas sospechas luego se corroboran con una sentencia judicial o son denuncias falsas, la fiscal ha sido tajante: "Vienen de profesionales sanitarios formados en perspectiva de género, por lo que todas son verídicas".

El delegado de Gobierno de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, ha señalado que sólo en la capital son 168 los asuntos que se han enviado a los juzgados. Sobre las jornadas, ha explicado que es necesario avanzar en la formación y sensibilización de los profesionales. La delegada de Igualdad y Salud, Ana Isabel González, ha recordado que el protocolo de actuación sanitaria para estos asuntos está dando muy buenos resultados y que el 25 de octubre pasado se constituyó la comisión provincial de Salud para la prevención del maltrato.

En las jornadas también ha participado la psiquiatra especialista en violencia sobre la mujer Ana Távora, quien señaló que los profesionales sanitarios muchas veces tienen reticencias a la hora de preguntar a las mujeres directamente si están siendo víctimas de malos tratos y ha considerado que ese es el primer instrumento para detectar este fenómeno. ¿Por qué no se hace? "Una de las razones más importantes es que los sanitarios no tienen formación sobre la ideología amorosa. Encuentran obstáculos para adentrarse en un tema lleno de significado como el amor a de pareja", ha reflexionado. También presentan dificultades estos profesionales para entender la situación que atraviesan las perjudicadas. "Muchas dicen: 'No sé cómo el otro puede tener tal poder que, pese a salir la situación de maltrato una y otra vez, yo sigo pensando que va a cambiar".

La doctora Carmen Agüera, una de las pioneras en la lucha contra esta enfermedad social, ha insistido en que se puede detectar el maltrato de forma precoz. "Los médicos y sanitarios somos un eslabón fundamental de esta cadena. Nos encuentran como personas de confianza a las que pueden contar sus malestares. A veces, incluso, vienen por otros motivos de salud. Los protocolos dan pautas. Hay que cambiar algo más que las pautas, hay que cambiar las actitudes".

Agüera ha recalcado que los profesionales tienen muchos cursos de formación, pero hacen falta más, igual que también hay que afinar más en el sentido de la valoración del riesgo.

Todos los presentes han valorado el nuevo pacto de Estado contra la violencia de género y la fiscal De Torres ha recordado que ya se considera violencia sobre la mujer cuando se le explota sexualmente, se le agrede, se produce una ablación o hay delitos contra la integridad moral sin que se den estas conductas en el ámbito de la pareja.