Unicaja ha iniciado el procedimiento que permitirá la salida de Caixabank y BMN del Banco Europeo de Finanzas (BEF) con lo que se quedará como accionista única de esta entidad, que fue refundada hace diez años como una herramienta que permitiera la colaboración entre los protagonistas por aquel entonces del sector financiero andaluz y que finalmente no alcanzó sus objetivos. Según se recoge en el BORME de este pasado miércoles, 15 de noviembre, se devolverá así a estas dos entidades los 37,8 millones que en su día aportó Cajasol (que acabó integrada en Caixabank) y los casi 19 que destinó Caja Granada (ahora en la estructura de BMN). En total son cerca de 57 millones de euros que constituyen casi el 60% del accionariado y que se asumirán mediante la fórmula de la amortización de sus acciones, lo que propicirá una reducción del capital social del BEF. El banco malagueño es actualmente poseedor del otro 40% del BEF.

Fuentes de Unicaja han apuntado a este periódico que tanto esta reducción de capital como el plan de negocio para el BEF están pendientes de recibir ahora las autorizaciones administrativas pertinentes. Una vez esto ocurra, la totalidad de la acciones del BEF pasarán a ser propiedad del Grupo Unicaja.

El BORME recuerda que esta operación ya se adoptó en la junta general de accionistas del BEF hace casi tres años, concretamente el 19 de diciembre de 2014. La reducción de capital del BEF será así de 35,9 millones de euros mediante la amortización de la totalidad de las acciones de CaixaBank (7,9 millones de acciones nominativas) y de Banco Mare Nostrum (otras 3,9), todas ellas de 3,01 euros de valor nominal cada una.

"La reducción de capital social tiene la finalidad de devolver el valor de las aportaciones correspondientes a las acciones amortizadas", recoge el BORME, quedando fijado el capital social del BEF tras la reducción en 24,7 millones de euros.

El plazo para la ejecución de esta operación se estimó en su momento en seis meses desde la fecha del acuerdo. La eficacia de la reducción de capital descrita está sujeta, según el BORME, a las siguientes condiciones suspensivas: a la no oposición del Banco Central Europeo (BCE) a la adquisición y pérdida de participación significativa, a la autorización del Banco de España a las modificaciones estatutarias derivadas de la reducción de capital y, en relación con Banco Mare Nostrum, a la obtención del informe del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas relativo a la adecuación del proceso de desinversión a los principios de publicidad y concurrencia.

"Los acreedores de BEF cuyos créditos hayan nacido antes de la fecha del último anuncio del acuerdo de reducción del capital, no hayan vencido en ese momento y hasta que se les garanticen tales créditos, tendrán derecho de oponerse a la reducción de capital en el plazo de un mes a contar desde la fecha del último anuncio del acuerdo de reducción de capital, en los términos previstos en los artículos 334 y 336 de la Ley de Sociedades de Capital", añade.

Planes para el BEF

Fuentes del sector bancario han comentado a este periódico que Unicaja Banco decidirá en las próximas fechas la función que destinará al BEF y descartaron que entre sus planes esté liquidarlo. «Si se queda como accionista es porque tiene planes para el BEF. Es un banco que sigue activo y se le va a dar un destino porque tiene que haber proyectos que pueda desempeñar», han apuntado estas fuentes, que destacan también la importancia que supone contar además con la ficha bancaria del BEF.

El BEF, concebido como un banco de inversión y no como una entidad minorista, tiene sus orígenes en la década de los 80 y era inicialmente propiedad al completo de Unicaja. En 2007, cuando aún se especulaba con la posibilidad de que Andalucía pudiera alcanzar una caja única, se permitió la entrada al resto de entidades financieras andaluzas para fomentar las relaciones entre ellas. Sin embargo, el proyecto nunca llegó a fraguar y el BEF se fue quedando como una entidad residual. Cajasur, que también estuvo en el accionariado, abandonó hace seis años, cuando fue adquirida por la vasca BBK. El BEF, con algo más de 93 millones en recursos propios, tiene su sede en Málaga.