Escuelas Católicas celebra desde ayer en Oviedo su 14º congreso centrado en la comunicación y su influencia en el ámbito educativo. Alan Antich es profesor de Secundaria en el Colegio Gamarra y es el único representante andaluz en esta cita que reunirá, entre otros, a Juan Verde, codirector internacional de la campaña para la reelección de Obama; monseñor Darío Viganó, prefecto de la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede; o Gustavo Entrala, creador de la cuenta oficial en Twitter del Papa. Antich es uno de los administradores de las muy activas redes de su centro, y hablará sobre la importancia de estas herramientas en la enseñanza así como del uso de las nuevas tecnologías en las aulas.

¿Por qué es importante que un centro educativo esté en las redes?

Porque el colegio gana en visibilidad. Para ampliar el área de influencia más allá del barrio donde se encuentre, sobre todo de cara al periodo de escolarización. Y también como herramienta para garantizar la transparencia en la gestión. Eso nos ha pasado a nosotros en Gamarra en los cuatro años que llevamos explotando las redes sociales. Las ventajas son muchas.

Las redes son un arma de doble filo. ¿Cuáles son los riesgos?

Los hay. Te expones a que cualquier persona puede comentar, criticar... y tu obligación es contestar y eso te puede generar algún problema, sobre todo cuando se trata de falsas polémicas. Para ello, Escuelas Católicas cuentan con una manual de buenas prácticas donde se recogen consejos sobre cómo gestionar los tiempos de crisis.

¿Fue complicado convencer a las monjas de Gamarra para iniciar esta experiencia virtual?

Cuando empezamos era todo muy novedoso, aunque ya había colegios que lo hacían. Pero la comunidad lo acogió entendiendo que es una necesidad y que prácticamente, si no estás en esto es como si no existieras.

¿Por qué elige Escuelas Católicas el proyecto digital de Gamarra para presentarlo en este congreso de Oviedo?

Escuelas Católicas se pone en contacto con Gamarra porque lleva meses siguiendo el Twitter y le gusta la calidad de las imágenes. Cada años encargamos un reportaje al fotógrafo Pepe Gómez. Son muy creativas y aportan un valor añadido. Estas fotos suelen ir acompañadas por una pregunta o reflexión para propiciar el encuentro. Esto es, quizás, lo más novedoso, dado que otros centros educativos que usan Twitter lo hacen solo para informar. Nosotros damos un pasito más. Y por eso contactaron conmigo hace ya un año.

Los alumnos de hoy son nativos digitales. ¿Por qué es bueno el uso de las nuevas tecnologías en las aulas?

Ofrece las mismas ventajas que en el uso personal: un acceso ilimitado a la información. El alumno busca fotos, ve vídeos rápidamente, mientras se les explica en clase. En nuestro colegio tenemos wifi libre para los alumnos en las clases. Podemos hacer ejercicios online y no usamos papel, lo que también nos permite ahorrar. Hasta hacemos exámenes a través de Google tipo test, y las respuestas se quedan guardadas en la nube.

¿Se les enseña a usar las nuevas tecnologías también en clase?

Es la clave. Les ayudamos a hacerse un email y otras herramientas básicas y cuando les pedimos que nos entreguen algo sepan usar las herramientas básicas.

¿Se les enseña también a no hacer un mal uso? Sabe que los casos de bullying y ciber acoso están a la orden del día...

Se leen muchas cosas, se habla de los peligros... Pero el niño va a tener el móvil igualmente aunque no lo usemos en el aula. Es más, en la clase podemos minimizar incluso el daño que pueda producirse por un mal uso, porque les enseñamos a usar la tecnología bien. Se les habla mucho de ciberacoso, en clase hemos analizado capítulos de series como Black Mirror sobre el mal uso de las tecnologías. Soy yo, como su profesor, el que tiene que hablarle de ello, además, lógicamente, que sus padres.

¿Cuál es la respuesta de las familias y del resto del claustro?

Los profesores tienen total libertad para usarlas o no. No se les exige. Aunque la gran mayoría estamos ya usando formularios de Google, el móvil en la clase como herramienta pedagógica y prácticamente al 100% implantado. Con los padres tenemos una reunión a principio de curso y se sientan en la clase como si fueran alumnos, se les explica el plan anual del centro y uno de los puntos es el uso de nuevas tecnologías. Si alguna persona no quiere se le respeta, pero la mayoría lo entiende, lo apoya y lo controla en casa.