La Naturaleza, todos los días, llama a la puerta de una promoción municipal de 17 viviendas en la calle San Félix Cantalicio, en su peor versión urbana, en forma de ratas, ratones y arañas.

«Las ratas pegan saltos y se meten dentro, por eso hay que estar con todo cerrado», cuenta Jaime Igorra, vecino de la promoción. que vive en la planta baja.

Inaugurada en marzo de 2015, para la preceptiva visita del alcalde el Ayuntamiento limpió de forma subsidiaria el solar de enfrente, que se corresponde con los números 5 al 11 de la calle. Desde comienzos de este año se encuentra en el registro municipal de solares y edificaciones ruinosas, lo que puede desembocar, si el propietario no cumple con los deberes urbanísticos, en la venta forzosa del solar.

El caso es que el tiempo ha pasado y como en estos casi dos años no ha habido más limpieza, la Naturaleza ha seguido su curso y hoy el solar parece una metáfora del Matto Grosso, con arbustos y plantas de gran tamaño, en especial ailantos, nicotianas y ricinos.

«Como aquí nadie hace nada, he tenido que sacar la escalera y cortar las plantas con un serrucho», cuenta Jaime Igorra.

A su lado está Ana Rodríguez, su mujer, que detalla que «la parte en la que las plantas están más crecidas es la más pegada a la ventana de nuestro dormitorio». La estrechez de la calle permite que los arbustos combados se acerquen cada vez más al bloque y que por ellos trasieguen ratas y ratones.

«Esto es una selva, un Parque Jurásico. En casa tenemos que estar todo el año con las ventanas cerradas, como en una prisión», dice Ana, que cuenta que, a lo que le tiene más miedo es a las arañas, «más que a las ratas» y ya se ha encontrado con varios nidos de arañas en su casa. «Estoy todo el día con la escoba limpiando los techos».

Los vecinos, que en otras ocasiones han hablado con La Opinión para denunciar la situación, no comprenden que haya tantas trabas para limpiar el solar, cuando el Consistorio ya lo hizo sin problemas en marzo de 2015, con motivo de la inauguración del bloque y la visita del alcalde.

La parcela linda además con la parte trasera del colegio diocesano Divina Pastora, que en las navidades de 2015 tuvo que desratizar el centro.

«A ver si le da vergüenza al alcalde y limpia el solar», dice Jaime Igorra, mientras Ana Rodríguez cuenta que, a la vuelta de la esquina, en calle Tejidos, acaban de limpiar un solar sin problemas.

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, informó ayer a este diario de que en abril de este año «se le mandó orden de ejecución al dueño del solar para que actuara». Como destaca el concejal, un inspector comprobó que no había limpiado el solar, «por lo que se ha procedido a incoarle expediente sancionador».

Francisco Pomares precisó que ahora hay que esperar a ver cómo marcha el expediente y según cómo reaccione el propietario, el Ayuntamiento hará o no la limpieza subsidiaria.