El Clínico cuenta desde hace meses con una técnica que consigue alargar el fémur y la tibia a pacientes que sufren trastornos óseos del crecimiento (acondroplasia), un procedimiento innovador que trabaja con alta tecnología que se inserta dentro de los huesos.

Las ventajas de este sistema intramedular se basa en el alargamiento que se hace desde dentro del hueso, mediante clavos elongadores en vez de la técnica convencional que utiliza fijadores externos para lograr el mismo efecto. Asimismo, otro de los beneficios que reporta esta técnica que aborda la Sección de Acondroplasia del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatológica, perteneciente a su vez a la Unidad de Gestión Clínica del Aparato Locomotor del hospital, es que reduce las infecciones, agiliza la recuperación del paciente, simplifica la rehabilitación y evita molestias habituales al tener que portar durante meses un fijador externo. Un dispositivo que se programa de forma externa para que este clavo se vaya alargando de forma progresiva (aproximadamente un milímetro al día).

«Cada vez se consiguen más avances para la cirugía de la elongación ósea, y para nosotros es muy satisfactorio comenzar a utilizar este nuevo material intramedular de forma pionera en este tipo de casos tan complejos, para que estos niños y niñas puedan beneficiarse lo antes posible de todas las ventajas que ello supone», explicó el traumatólogo y jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y traumatológica del Hospital Virgen de la Victoria, Felipe Luna.

En los últimos 20 años, la Sección de Acondroplasia del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatológica, ha intervenido en los últimos 20 años a un total de 250 niños y niñas afectados de Acondroplasia procedentes de todo el territorio nacional. Una enfermedad congénita que se manifiesta desde el nacimiento con una afectación en el crecimiento de los huesos, provocando tallas bajas desproporcionadas. Esta enfermedad, que supone una grave afectación psicosocial para el paciente que la sufre, constituye la primera causa de enanismo con desproporción entre tronco y extremidades. Además, los menores que nacen con esta enfermedad pueden ser intervenidos varias veces en su vida, en un periodo que abarca desde los 12-14 años hasta que alcanzan los 23-24 años.