Unas películas del Oeste o Gladiator pueden cambiar para siempre la vida de un niño. Le ocurrió de pequeño al malagueño José Carlos Vera, que hoy tiene 23 años. «Mis padres eran muy aficionados a las películas históricas y sentía curiosidad por saber algo más de lo que veía, así que me ponía a investigar por mi cuenta».

Esas ganas por conocer el pasado le llevaron a descubrir, ya en el instituto, que su vocación era la Historia y hoy, este graduado en Historia por la Universidad de Málaga realiza en Sevilla un máster sobre Historia Americana.

Poco antes, sin embargo, a punto de terminar el grado, sintió que necesitaba algo más: «Vivo por y para la Historia y necesitaba tener más contacto con ella, no me valía con estudiarla». Y así fue como descubrió, hace tres años, la Asociación Histórica Málaga Recreadora (www.malagarecreadora.es) centrada en la recreación de la Guerra de la Independencia Española (1808-1812).

«Yo no había hecho nunca nada de ese tipo, me llevaron a la primera recreación en 2014 en Camuñas (Toledo) y una vez que lo pruebas, te quedas», confiesa.

José Carlos es el historiador y portavoz de este colectivo nacido hace cinco años que forma parte de la Asociación Napoleónica Española. Como cuenta, tres colectivos de Málaga se dedican a recrear episodios vinculados con la Guerra de la Independencia: Además de Málaga Recreadora, la Asociación Histórico-Cultural Torrijos 1831 y la Asociación Histórico-Cultural Teodoro Reding.

En el caso del colectivo de José Carlos, este explica con una sonrisa que eligieron el bando francés «porque nadie quería a los malos». De hecho, en los primeros tiempos Málaga Recreadora se propuso recrear el Regimiento de Infantería número 6 de Josefinos, «formado por malagueños que apoyaban a los franceses y que tuvo importancia sobre todo en la defensa de Málaga y estuvo muy presente en los dos años de ocupación francesa». Como explica el historiador, lo llamativo de este regimiento es que empleara como tela para sus casacas la del hábito de frailes dominicos malagueños. «No tenían dinero para hacer más uniformes», explica.

Desde hace un tiempo, sin embargo, y como el Regimiento de Josefinos tuvo poca proyección fuera de Málaga, la asociación recrea el Regimiento de Línea número 43 del Ejército napoleónico, una formación de infantería que participó en las famosas batallas de Austerlitz (República Checa) y Jena (Alemania) y tras la invasión de España por Napoleón, se estableció primero en Sevilla y luego en Ronda.

«Los destinaron a la Serranía de Ronda porque era una zona conflictiva, para combatir a los guerrilleros. Se dice que estuvieron también presentes en Málaga aunque no está confirmado», cuenta José Carlos Vera, que detalla que tras la derrota francesa la pista del regimiento se perdió en Álora.

Un elemento primordial es el uniforme. La investigación histórica que tiene detrás permite reproducirlo hasta el último detalle. De hecho, para la entrevista, José Carlos Vera muestra la casaca con los colores de la bandera francesa y precisa que en la cola de la casaca falta aún una estrella de tela con el número de la compañía.

«Tenemos un modisto que nos toma la talla y nos hace los uniformes. Nosotros le damos las pautas y por dónde tienen que ir cosidos». El paño, por cierto, es de lana, un material que los soldados franceses debían lucir todo el año.

«Imagínate el 19 de julio, en la batalla de Bailén, en la que además los españoles tenían el agua tomada», resalta. A este respecto, su recreación más dura fue este año, a mitad de junio, en Ciudad Rodrigo (Salamanca), en una completo espectáculo con cerca de mil personas, en el que tuvieron que soportar una temperatura de 40 grados.

Como curiosidad, la recreación de Bailén, que suele reunir a unos 600 participantes, y en la que ha tomado parte José Carlos Vera, se celebra en octubre para evitar los calores de julio.

En total -gorro incluido, con pompón azul celeste para diferenciarlo de otras secciones del Ejército- el uniforme sale por unos 300 euros, aunque no se incluye el calzado porque, como descubre para muchos el historiador: «Valen unas botas negras, unos botines e incluso unas alpargatas. Los soldados no podían costearse unas botas, que normalmente las llevaban los altos cargos».

También se reproducen los botones de metal de la casaca, que suelen ser objeto de intercambio entre los colectivos que participan en las recreaciones.

Regalo de pólvora y gasolina

Una treintena de personas, más mujeres que hombres y de todas las edades, recrea el Regimiento 43. Las asociaciones y administraciones que organizan las recreaciones suelen contactar con los colectivos, y como cuenta el malagueño, «nos suelen pagar la gasolina y nos dan un kilo de pólvora. Y en cuanto al alojamiento, nos suelen alojar en polideportivos».

La pólvora, por supuesto, se emplea para los mosquetes y carabinas cuyos dueños tienen licencia de armas y pueden valer unos 500 euros. En el caso del historiador malagueño, no tiene licencia, así que adquirió por unos cien euros la réplica de un mosquete que no dispara. «En las recreaciones los que no tenemos capacidad de disparo nos piden que nos hagamos los muertos y normalmente somos los primeros en caer».

En cuanto a la disposición en el campo de batalla, cuenta que, nada más llegar, «hay unas reuniones de capitanes y les explican los movimientos que tienen que hacer y luego nosotros hacemos lo que nos van ordenando».

Una batalla suele durar entre hora y media y dos horas, cuenta José Carlos, aunque los encuentros suelen prolongarse todo el fin de semana con muchas actividades, incluidos desfiles por las calles. Además, en más de una ocasión Málaga Recreadora ha compartido escenario con participantes de otros puntos de Europa como Alemania, Italia o el Reino Unido y un miembro de la asociación tuvo la suerte de participar en la recreación de la derrota definitiva de Napoleón: la batalla de Waterloo (Bélgica).

El potencial de Málaga

El pasado mes de septiembre, la Comisión de Turismo respaldó una moción del PSOE para potenciar en Málaga el turismo de recreación histórica. El portavoz socialista, Daniel Pérez, pidió que se pusiera en marcha una estrategia conjunta con las asociaciones de recreación histórica, «que incluya el calendario de fechas históricas en las que Málaga haya sido protagonista y puedan ser objeto de recreación».

José Carlos Vera cree que «si se hace bien y con buena publicidad, las recreaciones pueden tener muchos visitantes». Por eso, Málaga Recreadora quiere presentar un proyecto el año que viene y llamar al resto de asociaciones para que Málaga, una de las pocas provincias que se resistió a la ocupación francesa, convierta en atracción turística un pasado digno de escenificarse.