A falta de lluvia, bien vale un decreto de sequía. La Junta de Andalucía se ha rendido a la evidencia y, tras un año hidrológico en el que las precipitaciones no han llegado al 25% de la media, ha decidido al fin poner en marcha medidas encaminadas a asegurar el abastecimiento de la población. El esperado decreto no estará listo antes de que comience 2018 y el objetivo es reservar el caudal de los pantanos del Guadalhorce, la Concepción y la Viñuela para que haya suministro para los dos próximos años. Para ello, los responsables autonómicos de la gestión hidrológica se reunieron ayer con los comités de gestión de los tres sistemas -que engloban a agricultores, usuarios o gestores de agua- para exponerles la complicada situación y acordar las primeras medidas a tomar.

Según explicaron el delegado provincial de Medio Ambiente, Adolfo Moreno, la directora general de Infraestructuras y Explotación del Agua, Inmaculada Cuenca, y el director general de Planificación y Gestión del Dominio Público Hidráulico, Juan Serrato, en estas reuniones se acordó por unanimidad la constitución de una mesa técnica y comenzar a trabajar en acciones encaminadas a paliar la sequía, con el fin también de que el impacto para la agricultura sea mínimo. En el caso del Guadalhorce, los agricultores, como ya es habitual, no tendrán riegos invernales y en la Axarquía se ha decidido reducir en un 60% la aportación de la Viñuela a los cultivos de la zona. Según la Junta, este descenso en el riego, que se calcula en 10 hectómetros, se paliará con recursos subterráneos y agua regenerada procedente de cuatro depuradoras de la Axarquía.

Y aunque la directora general de Infraestructuras resaltó las obras que se están realizando para aumentar los recursos, caso del aprovechamiento del río Chillar, lo cierto es que aún quedarían trabajos por ejecutar para contar con la máxima aportación. Así, con las depuradoras de Vélez y Algarrobo se podría contar con 4,5 hectómetros de agua reciclada para su uso en diversos riegos, pero serían necesarias obras para el máximo aprovechamiento de Vélez y Torrox y la depuradora de Rincón, pendiente de un proyecto de Acuamed. Sin contar con el recrecimiento de La Concepción, que la Junta volvió a reclamar ayer al Gobierno central, sería necesaria una inversión de más de 10 millones de euros para ejecutar las obras que darían el máximo de caudal.

La idea de la Junta es que se puedan aprovechar los recursos de la zona occidental de la provincia para dar servicio a la parte oriental, la que está ahora más necesitada. Pero, también en este caso y aunque es posible hacer esos trasvases en estos momentos, habría que trabajar en optimizar las conducciones existentes. En esta parte entran en juego otros organismos, como Emasa, Acosol o Axaragua, con los que habría que tratar, por un lado, el llevar agua de la capital a la comarca axárquica, y por otro que el caudal de la Costa del Sol llegue a Málaga.

Del litoral a la capital ya hay conducción, pero está pendiente un ramal que mejoraría la capacidad de trasvase, porque la existente no tiene capacidad para un mayor caudal y además quedaría una reparación de la conducción que Emasa cifró en su día en 400.000 euros.

Sin estas mejoras será difícil que el aprovechamiento de caudal de costa a costa se haga al máximo, sin olvidar que la Costa del Sol Occidental, a su vez, tendría que recibir agua del Campo de Gibraltar -con esa zona también hay conexión, pero quedan por hacer ramales para que ésta sea más efectiva-. De la provincia de Cádiz se podrían aprovechar entre 7 y 15 hectómetros de la potabilizadora de Arenillas y unos 14 hectómetros de agua bruta del Campo de Gibraltar.

La idea de la Junta de Andalucía es además aprovechar las captaciones de la Aljaima, que podrían dar de 15 a 20 hectómetros cúbicos, pero en el caso de los pozos de Fahala y la citada zona sería necesario volver a ponerlos en marcha, ya que muchos han estado en desuso.

Junto a la interconexión de los tres sistemas, el decreto de sequía contemplará otras medidas, como poner en marcha campañas de concienciación en el ahorro urbano, para lograr un ahorro de entre el 5 y el 10% del consumo, aunque sin medidas restrictivas en principio, y plantear a la Consejería de Agricultura una línea de financiación para aquellos que usen agua regenerada.

Preguntado por el posible trasvase del pantano de Iznájar para la comarca Norte, Serrato reclamó al Gobierno central que lo apruebe y admitió que la Junta está dispuesta a financiar la infraestructura, que permitiría contar con 5 hectómetros. Al Ejecutivo de Rajoy también le pidió que aborde el recrecimiento de La Concepción para aprovechar más el caudal y evitar desembalses y el tratamiento de la salinidad en el Guadalhorce. También le exigió la mejora de las conducciones de riego del Guadalhorce, en las que se pierde entre el 40 y el 60% del caudal, aunque lo cierto es que este problema lo arrastra la provincia desde hace décadas y ni los gobiernos socialistas ni los del PP han logrado solventarlo.

Escasez de agua

La situación de escasez hídrica no es nueva para Málaga. La sequía azota a la provincia cada diez años y en 2005 ya se tuvo que aplicar un decreto como el que llegará en 2018. Y la falta de lluvias se está dejando notar desde hace cuatro años, con unos pantanos que han sobrevivido al aumento de la demanda de agua básicamente gracias a temporales puntuales que han dejado caudal suficiente para salvar los años hidrológicos.

El otoño veraniego que está viviendo Málaga, sin precipitaciones a la vista, ha hecho además que los pantanos de la provincia se encuentren en estos momentos al 33% de su capacidad, con tan sólo 200 hectómetros cúbicos embalsados. La Viñuela es el que está al menor nivel, con un 23% de sus reservas, mientras que el de Guadalteba está al 23%, el Guadalhorce al 42% y el Conde del Guadalhorce al 32%. El que mejor situación presenta es La Concepción, que tiene un 54% de su caudal acumulado.