El Colegio de Economistas de Málaga ha asegurado este viernes que la provincia de Málaga continúa con un ritmo de crecimiento "adecuado", de la mano de sectores como el turismo y el revitalizado segmento constructor, que le permitirá cerrar el ejercicio de 2017 con un aumento del 3,3% del PIB, algo que le debe servir también para rebajar en los próximos meses la tasa de paro ya por debajo del 20% (actualmente está en el 20,8%, por debajo del 25% de media andaluza pero por encima del 16,3% de la nacional). Los economistas han reconocido además que ya es hora de que los salarios de los trabajadores, que bajaron de forma significativa durante la crisis y que ahora mismo siguen todavía estancados, empiecen de nuevo a subir sobre todo ahora que la inflación puede volver a repuntar. El decano del Colegio, Juan Carlos Robles, ha explicado que a su juicio este incremento se producirá "de forma natural" a medida que el paro baje y las empresas tengan menos candidatos disponibles para cubrir los puestos que vayan creando.

"Los salarios se devaluaron duante la crisis y se ganó competitividad. Pero creemos que ha llegado el momento de que empiece a subir, no por decreto, sino porque será el propio mercado el que lo hará de forma natural. Se dará un ajuste entre oferta y demanda, y eso ayudará a que haya más poder adquisitivo y a tirar también del consumo", ha comentado Robles, acompañado del vicedecano del Colegio, Antonio Pedraza, durante la presentación del Barómetro Económico correspondiente al tercer trimestre de 2017. Actualmente, Málaga tiene 30.400 ocupados más que hace un año y ronda los 591.000.

Los economistas han reconocido que la baja estructura salarial que preside el mercado malagueño provoca también un "problema" ante fenómenos como el incremento general del precio de alquiler debido al boom de los apartamentos turísticos. Pedraza ha apuntado que en las zonas más demandadas de la capital, caso del Centro o de Teatinos, las subidas en el último año y medio han podido alcanzar incluso el 30%. Los economistas afirman que la reactivación del mercado inmobiliario está dejando un crecimiento razonable del precio de la vivienda pero sí advierten de que el segmento del alquiler esta experimentando en estos enclaves un aumento "disparatado". Esta dinámica está afectando al residente malagueño en general y a colectivos específicos como el de los estudiantes.

"Creemos que el alquiler turístico necesita de una regulación y de un control, aunque preferiríamos que estos mecanismos fueran privados. Nosotros apoyamos, por ejemplo, que sean las comunidades de propitarios las que se decidan si se pueden poner o no este tipo de apartamentos", ha afirmado Robles.

En todo caso, el decano ha opinado que el mercado general del alquiler, a futuro, volverá a una senda más racional cuando los propietarios comprueben que muchos interesados en esas viviendas no pueden alcanzar los precios que se les demandan.

El Colegio ha resaltado en su Barómetro como datos más positivos del momento actual en Málaga que se retoma un cierto impulso de la licitación en la provincia, que sube la cifra de viviendas visadas y que el turismo sigue "imparable" aunque advierten que este último segmento puede vivir a partir de 2018 un "punto de inflexión". "Ha crecido mucho en los últimos años, batiendo todos los récords, pero puede desacelerarse algo porque el euro está muy fuerte y el turista extracomunitario puede buscar otros destinos. Además, nuestros destinos competidores que estaban afectados por temas bélicos o cuestiones geopolíticas empiezan a recuperarse", ha indicado Pedraza.