Podemos reapareció en la escena política la semana pasada. Con una rueda de prensa que sirvió para dar a conocer los objetivos que se ha marcado la formación morada para las elecciones locales de 2019, y que se resumen básicamente en dos vertientes solapadas: liderar un amplio bloque de izquierdas con el que concurrir y sumar a Málaga a la lista de los llamados ayuntamientos del cambio. A lo que no se hizo alusión, sin embargo, fue al asunto que más preocupación está generando ahora mismo en el seno del partido, y que está vinculado a la crisis territorial en Cataluña. El temor de que la falta transmisión de una oposición nítida a los postulados de los partidos independentistas lastre el tirón electoral del partido en Málaga se ha desatado, y muchos miembros de la formación morada ya están expresando su malestar de puertas para adentro.

Quedan 17 meses para las locales, aunque el tema de Cataluña se prevé, igualmente, de largo alcance en el tiempo. «Podemos no es independentista, pero no hemos sabido transmitirlo a la opinión pública», afirma un miembro del consejo ciudadano que se muestra apesadumbrado por la conocida cronología de los hechos. Y no se trata de una idea escorada en Podemos, más bien todo lo contrario. «Lo que ha dicho Carolina Bescansa es lo que pensamos la mayoría», destaca otro militante que está implicado en el partido en Málaga desde el minuto uno. A priori, lo que suceda a mil kilómetros de Málaga no tendría que tener influencia en un proceso de ámbito local. La crisis catalana, sin embargo, en eso coinciden los miembros de Podemos consultados, trasciende las fronteras.

Así lo reflejan las últimas encuestas. Todas auguran una bajada para Podemos. Aunque en público se trata de restarle trascendencia, la preocupación no hace más que crecer dentro del partido. Para muestra, las declaraciones de un miembro destacado en Málaga: «No vamos mal, vamos de pena».

El propio Alberto Montero admitió este lunes en la Cadena Ser que la actual situación en Cataluña ha tenido un «fuerte impacto» dentro de su partido. Aunque diera muestras de sentirse identificado con las palabras de Bescansa, negó sin embargo, que su jefe, Pablo Iglesias, haya errado en la estrategia a la hora de afrontar todo lo relacionado con este asunto. «Cataluña es un escenario terrible para nosotros, ya que defendemos la solución más sensata, pero es una solución a medio y largo plazo», dijo.