La irrupción del plan Bolonia en 2010 supuso un concepto nuevo de hacer Universidad en toda Europa. El nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) planteaba nuevos planes de estudio. Nuevas titulaciones y la obligación, en muchos casos, de obtener créditos prácticos para poder obtener el grado. Con los beneficios y prejuicios que supone la adaptación a este sistema universitario, lo que resulta evidente, y así lo atestiguan las estadísticas, es que las prácticas de los alumnos de la UMA en empresas son clave para encontrar trabajo. El grado de inserción laboral es sensiblemente mayor entre quienes antes de egresar han pasado por el mundo laboral. El catálogo de títulos de la UMA cuenta con 41 grados que, de forma obligatoria y optativa, tienen prácticas curriculares.

Pueden entenderse como carreras duales, al estilo de los nuevos títulos de Formación Profesional, aunque en este caso, y como aclara el jefe del Servicio de Ordenación Académica de la Universidad de Málaga, Enrique Rincón, «no son prácticas remuneradas ni tienen exactamente las mismas características de la FP dual. Los alumnos tampoco tienen ningún tipo de relación contractual, aunque eso no quita que más adelante pueda ser contratado por la empresa donde ha hecho las prácticas».

Esto es algo habitual. Un informe pionero presentado por la Universidad de Málaga el pasado mes de junio sobre inserción laboral de los estudiantes que acabaron la carrera en 2013 informaba de que el 70% estaba trabajando y casi la mitad fue contratado en la misma empresa donde hizo sus prácticas antes de obtener su título, en concreto, el 41%.

Los títulos de grado de la UMA que tienen prácticas externas son las siguientes: Administración y Dirección de Empresas, Economía, Finanzas y Contabilidad, el doble grado de Administración y Dirección de Empresas y Derecho, el doble de Economía y Administración y Dirección de Empresas, Medicina, Geografía y Gestión del Territorio; Filosofía, Estudios Ingleses, Historia del Arte, Filología Hispánica, Traducción e Interpretación, Historia, Criminología, Ingeniería Informática, Ingeniería del Software, Ingeniería de Computadores, Ingeniería de la Salud, Publicidad y Relaciones Públicas, Periodismo, Comunicación Audiovisual, Pedagogía, Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Social, Psicología, Logopedia, Relaciones Laborales y Recursos Humanos, Trabajo Social, Estudios de Asia Oriental, Bellas Artes, Ingeniería de Organización Industrial, Ingeniería Electrónica, Robótica y Mecatrónica, Ingeniería de la Energía, Marketing e Investigación de Mercados, Gestión y Administración Pública, Podología, Fisioterapia, Enfermería, Terapia Ocupacional y Turismo.

Obligatorias u optativas

Según Rincón, estos 41 planes de estudios tienen incluidos unas asignaturas que tienen ese carácter como prácticas externas «que son obligatorias pero también las hay optativas», es decir, que pueden ser elegidas a o no por los alumnos.

Y no hay posibilidad de que ningún universitario pueda hacer prácticas curriculares sin que exista un convenio de colaboración entre la UMA y la empresa o administración que le acoge. De estas gestiones se encarga la oficina de Cooperación Empresarial.

Las carreras que quieran introducir créditos prácticos en el futuro, tienen que modificar el plan de estudio. Esto depende, en primer lugar, del centro, «que tiene que apreciar la necesidad de incluir prácticas en el título y aprobar así la modificación del plan de estudios». Posteriormente entrará en juego el Vicerrectorado de Grado y luego hay que elevarlo al Consejo de Gobierno de la UMA, para su aprobación. «Si se aprueba la modificación, esta solicitud se tiene que tramitar también al Consejo de Universidades», dice Enrique Rincón, que aclara que si se trata de prácticas optativas es más fácil obtener un informe favorable.

En la actualidad, no hay ningún grado que esté tramitando una modificación de su plan de estudios para incluir prácticas en su currículum.