El Ayuntamiento de Málaga, a través del Instituto Municipal de Vivienda, restaurará y recuperará la histórica fuente municipal, que data de finales del siglo XVIII, situada en la confluencia de las calles Santa María Micaela y Luque con las alamedas de Patrocinio y Capuchinos.

Este elemento del patrimonio de la ciudad, que pertenece al complejo hidráulico del Acueducto de San Telmo, presenta un estado deteriorado debido a diversos daños sufridos en los últimos años.

En 2012, la taza superior de la fuente apareció fracturada y los servicios municipales procedieron a desmontarla. Años después, el resto de la estructura sufrió nuevos destrozos debido a un accidente automovilístico.

El concejal de Ordenación del Territorio y Vivienda, Francisco Pomares, ha afirmado que "se da respuesta a la petición del Distrito Centro que había trasladado la necesidad de realizar las obras de reparación y conservación de la misma".

En concreto, se procederá a la limpieza y eliminación de sales al mismo tiempo que se procederá al cosido de fracturas, entre otras labores, para que la fuente recupere su apariencia original.

Además de la reestructuración de la fuente se trabajará para reacondicionar el entorno de la misma con tareas como el embellecimiento de la jardinera e instalación de protección para evitar posibles daños.

La ejecución de esta obra será llevada a cabo por la empresa Hermanos Campano SL, encargada contrato de obras para ejecución directa o subsidiaria de rehabilitación y conservación de los elementos considerados como preferentes por su valor individual o de conjunto.

Dicha actuación, que se estima que comience en diciembre, supondrá una inversión de más de 50.000 euros, con un plazo de ejecución de cuatro meses, y cuenta con informe favorable de la Delegación de Cultura de la Junta.

Fuente

Esta fuente data de finales del siglo XVIII y surgió como resultado de las obras de renovación de la zona que se iniciaron un siglo antes.

Su piedra caliza rosácea proviene probablemente de las canteras de Antequera y se cree que es obra del arquitecto José Martín Aldehuela debido al acabado en forma de piña con el que contaba --y actualmente no-- que es de un estilo muy similar a la fuente de la plaza del Obispo, obra del mismo arquitecto.

El estado de su piedra es el resultado del intenso uso que se le dio en sus dos primeros siglos de existencia como fue pública, según han detallado.