Tres siglas y una pesadilla para los padres. VRS es la abreviatura para el virus respiratorio sincitial y a las puertas del invierno los pediatras se preparan para lo peor. Asunción Mejías, investigadora malagueña en Estados Unidos, se encuentra en Málaga para el IV Congreso sobre Terapias VRS que se celebra en el Albéniz.

El VRS amenaza a nuestros más pequeños. ¿Qué es exactamente?

Es un virus muy prevalente que afecta a toda la población, pero que en el niño menor de un año produce la enfermedad en su desarrollo más grave. Para los pediatras el problema están en que estamos ante un virus que es epidémico. Es la primera causa de hospitalización en niños chicos en el primer mundo. En países en vías de desarrollo, es, directamente, causa de mortalidad infantil.

¿Cómo se manifiesta?

Al principio empieza como un cuadro catarral normal, y eso progresa al tracto respiratorio inferior. Los niños empiezan a respirar rápido. Tienen pitos, desarrollan bronquiolitis. El niño se empieza a congestionar, come menos. Y en dos o tres días respira más rápido. Por lo tanto come mucho menos todavía. Es el cuadro típico de la bronquiolitis.

¿Qué edades comprenden la franja de riesgo?

Los lactantes más pequeñitos sobre todo. Los niños menores de seis meses son los que más riesgo presentan. Pero todo el mundo ha estado en contacto con este virus, lo malo es que no creamos ninguna inmunidad. La primera infección siempre es la más grave.

¿El peligro se reduce una vez pasada la primera caída?

La enfermedad se manifiesta más leve, pero el asunto es más complicado que eso. Algunos niños sufren episodios recurrentes durante los primeros años de vida. Es decir, que tienen que estar continuamente tomando aerosoles.

¿Es un virus que no entiende de fronteras?

Absolutamente ninguna. Tampoco en edades, ya que afecta también a ancianos. Su sistema inmunológico está mucho más saboteado. En los adultos también. Pero aquí se manifiesta como un cuadro gripal.

Estamos a las puertas del invierno. ¿El riesgo es más elevado que en primavera o verano?

Es un claro virus de invierno. Las epidemias empiezan en octubre, noviembre y cesan a finales de marzo. Justo cuando las temperaturas bajan. En los países menos desarrollados persiste todo el año, pero en Europa y en Estados Unidos es un claro virus de esta época. Los pediatras le temen a estas fechas porque los hospitales se colapsan.

¿Las guarderías son un foco de contagio para el VRS?

Desde luego. Es un virus muy contagioso que se propaga a través de las secreciones de la tos. Entonces, al entrar en contacto con otros objetos el riesgo de contagio se dispara. Donde hay muchos niños, obviamente, el riesgo se eleva.

¿Por qué los padres caen casi siempre, cada vez que los hijos enferman?

Las consecuencias a largo plazo de una infección grave pueden ser muchos episodios de sibilancia recurrente. Eso supone una carga para el niño y para la familia muy grande. Prevenir de esta enfermedad es prevenir de las secuelas a largo plazo.

Usted ha logrado reunir ahora a lo más granado a nivel internacional en Málaga. ¿Qué espera de las jornadas que se celebran entre ayer y hoy?

Yo espero que nos pongamos todos de acuerdo en las brechas que existen todavía en el conocimiento, y que nos lleven a enfilar una vía de investigación que nos permita obtener una vacuna pronto. Tenemos en Málaga a expertos de la Organización de Salud, del Centro para el Control y Enfermedades o de la Fundación Bill Gates, entre otros.

¿En el anhelo por esta vacuna se han marcado plazos?

Vamos a tardar de cinco a diez años. Es un tema complicado en el sentido de que la población en lactantes es muy pequeño y la realización de ensayos clínicos es un poco más compleja. Por eso va a pasar mucho tiempo hasta que tengamos algo concreto.

¿No hay en estos momentos un tratamiento efectivo?

No hay ni una vacuna ni tratamiento para esta enfermedad, a pesar de lo prevalente que es. Por eso se está trabajando en todos los ángulos.

¿Existe el riesgo de mortalidad en relación al VRS? ¿Cuáles son los porcentajes para España?

La mortalidad sí existe, pero existe en clientes muy complicados que vienen con una patología de base. En general, en los países desarrollados como España, la mortalidad es del uno por ciento.

Usted estudió en la UMA pero todas sus investigaciones las ha desarrollado en Estados Unidos. ¿Se está indagando sobre el VRS en España?

No estamos al nivel de Estados Unidos, ni mucho menos. Pero se está empujando en los últimos años. El Carlos III está financiando algunas becas a este respecto. Todavía nos queda, pero hemos avanzado mucho en los últimos cuatro o cinco años comparado con cuando yo me fui.