La campaña de la castaña, que acaba de culminar en Andalucía en las principales zonas productoras como es el Valle del Genal, la Serranía de Ronda, Yunquera, en la Sierra de las Nieves en Málaga y la Sierra de Huelva, se ha visto muy afectada por la sequía y las altas temperaturas que se han registrado durante el otoño, unas circunstancias que aunque no han mermado la cantidad, sí la calidad y el tamaño.

Según informó a Europa Press el responsable de castaña de COAG Andalucía, Francisco Boza, en la provincia de Málaga se han recolectado unos 3,5 millones de kilos y 1,5 en Huelva, una cantidad que alcanza la media respecto a años anteriores.

No obstante, la calidad ha sido «baja porque la falta de agua ha hecho que la castaña haya caído del árbol muy deshidratada, con el erizo muy seco y muy cerrado, por lo que su recolección ha sido muy costosa». Una circunstancia, añadió, que se ha dado en toda España, incluso en Galicia y también en Huelva que, a pesar de las últimas lluvias y ser una castaña tardía, «no ha podido remontar».

A su vez, el sector vive pendiente de dos amenazas que preocupan notablemente a los productores: la avispilla del castaño y las enfermedades de la tinta (en Málaga) y del chancro (en Huelva).

En este sentido, Boza apuntó que «la más preocupante», por su incidencia inmediata, es la temida avispilla del castaño, plaga causada por un pequeño insecto de origen chino que está mermando la producción de castaña.

El único medio para combatirla es la suelta masiva de su predador natural, el Torymus sinensis, medida que se viene reclamando al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente desde que se detectó por primera vez en Málaga en el año 2014. Del mismo modo, mostró «una altísima preocupación» por la enfermedad denominada tinta, ya que «seca el árbol».