A lo largo de toda la calle Guillén Sotelo -paralela a la Avenida de Cervantes, ocupando toda la colina de la Alcazaba-, se encuentran los jardines de Puerta Oscura y, contiguo con el final del andén izquierdo del Parque, los denominados de Pedro Luis Alonso.

El proyecto de Puerta Oscura fue realizado paralelamente a la reconstrucción de la Alcazaba, y junto con los de Pedro Luis Alonso, fueron obras del arquitecto Fernando Guerrero Strachan Rosado. También diseñó el jardín de la Catedral, continuación del patio de la Puerta de las Cadenas, comenzados en el año 1940.

Podemos decir que Puerta Oscura se inició en 1938, cuando se aprobó el presupuesto, que ascendía a 58.252´27 pesetas, en la sesión de Cabildo de 18 de marzo de 1938.

En la sesión de 28 de julio de 1939, se aprobaron las obras en los alrededores de Puerta Oscura: subida a la Coracha; urbanización alrededores del túnel; Parque y alrededores. Con esta intervención, Guerrero Strachan saneó toda la zona de la Coracha mediante la creación de estos jardines colgantes, con aprovechamiento absoluto de todas las colinas, bajantes y cortes del monte de Gibralfaro.

Los jardines de Pedro Luis Alonso fueron realizados entre 1940 y finales de 1944, en el antiguo solar de José Álvarez Net, adquiridos mediante un convenio con la Corporación municipal. El proyecto, de fecha 20 de agosto de 1940, fue presentado al Ayuntamiento como ampliación de los de Puerta Oscura, por un encargo del entonces alcalde, Pedro Luis Alonso. Su coste total ascendió a 175.833´58 pesetas, incluyendo los gastos de plantaciones, jardinerías, honorarios del proyecto y dirección de las obras. Éstas comenzaron en octubre de 1940. Sin embargo, Guerrero Strachan Rosado, quien había nacido en 1907, falleció en julio de 1941 debido a que se contagió durante la epidemia de tifus exantemático que azotó Málaga en la primeros años de la década de los cuarenta; pues, uno de los brotes más persistentes estuvo localizado en la zona del Mundo Nuevo, Plaza de Santa María y la Coracha, justamente dónde realizaba su trabajo dicho arquitecto, con continuas visitas a esta zona.

Por un artículo aparecido en un diario el 3 de julio de 1943, comprobamos cómo la terminación de los jardines de Puerta Oscura se llevó a cabo con la Corporación presidida por Enrique Gómez Rodríguez, bajo la dirección técnica del ingeniero de montes, José Martínez Falero. Al mismo tiempo que se iban construyendo estos jardines colgantes, se acometió la repoblación forestal del monte de Gibralfaro, obra que duró dos años.

Después, la Comisión Gestora del Ayuntamiento se ocupó, desde el año 1943, de la construcción y arreglo de los jardines de nuestra ciudad, bajo la dirección del gestor delegado de Parques y Jardines, Pedro Alarcón Bryan. Conocemos por dicho artículo, que todavía en julio de 1943 no estaban terminados los jardines de Pedro Luis Alonso, puesto que el proyecto de Guerrero Strachan incluía cancelas de hierros y «se espera el mayor desarrollo de los cupresus -cipreses- que bordean el jardín para recortar y que formen balconadas».

Por encima de la desaparecida Coracha, hacia la derecha, donde está situado actualmente el Museo del Patrimonio Municipal, en la cima del cerro, los muros de Gibralfaro y entre la espesa arboleda, observamos el Parador de Turismo, obra de González Edo del año 1945-47.

El Parque se resuelve en su parte oriental con la Plaza del General Torrijos, en cuyo centro encontramos la Fuente de las Tres Gracias, que un principio estuvo en la Plaza de la Constitución; inaugurada en 1880, después, en 1901, pasó a la Plaza de la Marina, hasta el año 1914 que fue trasladada a la del General Torrijos. La fuente data de 1878-80, años en los que José Mª de Sancha realizó el proyecto de remodelación de dicha plaza. El autor de la fuente fue J. Vasque, y la fundió A. Durenne de Sommevoire.

Cerrando el lado de Levante de la Plaza de Torrijos, hallamos el Hospital Noble construido en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento. La alineación fue trazada por Cirilo Salinas, y se inauguró el año 1872. Su estilo es neogótico.

En una rotonda situada a la derecha del Hospital se instaló, en 1997, el monumento dedicado a Cánovas del Castillo, obra de Jesús Martínez Labrador.