Tremenda bronca, en algunos momentos tumultuaria, la que se ha vivido en el pleno del Ayuntamiento de Málaga con los conflictos de Limasa y Bomberos como pretexto. Se presentaba una moción del PSOE sobre la empresa de limpieza y otras dos sobre el conflicto de los bomberos. El salón de pleno se ha llenado con representantes de las plantillas de ambos colectivos.

Ha sido la moción de Limasa, donde se pedía dejar en suspenso la decisión de dividir la empresa, la que ha abierto el escándalo. Ha pedido la palabra e intervenido el presidente del comité de empresa de Limasa, Manuel Belmonte que ha insistido en que se sienten engañados por el alcalde y anunciado que se defenderán. Posteriormente, en el turno de palabra de los portavoves de los distintos grupos es cuando se iniciaron los cruce de palabras. Con la intervención del potavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, han crecido las imprecaciones dirigidas desde el público. La bronca ha tomado cuerpo con la intervención del concejal de Medio Ambiente y responsable de Limasa, Raúl Jiménez. En ese momento ha aumentado el tono de las críticas vertidas desde el público por parte de algunos trabajadores de Limasa, con gritos de "mentiroso" y otras insinuaciones, el escándalo ha ido creciendo y ha llegado a su cúlmen con el cruce de intervenciones entre el alcalde y Manuel Belmonte.

A grito limpio uno y otro se han intercambiado reproches. De la Torre pedia a gritos "guarden silencio" y "respeten a los concejales que hablan", pero la respuesta era un tumulto mayor. El alcalde ha amenazado con desalojar el pleno, pero eso no ha desactivado el escándalo que, por momentos, fue sordo con gritos de un lado que se confundían sin compresión. Finalmente la algarada fue amainando y se pudo votar la moción del PSOE que fue rechazada. Pero al punto siguiente con las mociones sobre el conflicto de bomberos, el tumulto plenario ha vuelto a reproducirse con proporciones mayores y el alcalde perdiendo los nervios. Ha sido la intervención del concejal de Seguridad, Mario Cortés, la que ha encendido de nuevo la mecha. Varios bomberos, desde las sillas del público han vuelto a imprecar a Cortés y el alcalde ha vuelto a enfrentarse a grito pelado con algunos bomberos, también a gritos.

"Cállese", ha gritado el alcalde; "no me callo", respondía el bombero. "O se calla o tendrá que irse", insistía De la Torre. "No me iré, tendrá que echarme", replicaba el bombero. Todo ello chillando uno y otro y con un tumulto coreado de manera clamorosa por el resto de los asistentes del público. De la Torre ha estado a punto de pedir a la Policia Local que procediera a desalojar a los asistentes, lo que hubiera desencadenado un tumulto mayor. Finalmente no lo ha hecho y el griterío y el desorden se ha ido desinflando. Ha sido un penoso espectáculo que ha cerrado la sesión de plenos de este año.