La Universidad de Málaga aprobó ayer en el Consejo de Gobierno el proyecto de presupuesto para el próximo ejercicio 2018. La UMA hará un importante esfuerzo económico para incrementar su inversión en el nuevo año y rozar los 254 millones de euros, un 1,6% más que en 2017. La prioridad de la institución académica malagueña está puesta en la creación de planes propios y en continuar las obras en el campus de Teatinos.

El Consejo de Gobierno, en sesión ordinaria, dio ayer luz verde al proyecto de presupuesto, en una reunión en la que, entre otros puntos, también salió adelante el código ético de la Universidad de Málaga y el Plan Propio Integral de Docencia, dependiente de varios vicerrectorados. La aprobación definitiva de las cuentas de la Universidad debe ser ratificada hoy por el Consejo Social de la UMA.

Según informó la Universidad en un comunicado, del proyecto de presupuesto cabe destacar la partida que se dedica al capítulo de personal, que aumenta en cinco millones de euros. Por lo que se refiere a los planes propios, el montante total será de casi 5,7 millones de euros. De ellos, casi 3,4 millones se destinarán al Plan Propio de Investigación y Transferencia. Este dinero aumenta en algo más de dos millones de euros respecto al presupuesto del año pasado, y se destinará a «incentivar y favorecer el desarrollo de la estrategia de la Universidad en materia de investigación, mediante la aportación de recursos propios que financien las diferentes ayudas ofrecidas al PDI.

La UMA hace una apuesta por la investigación de excelencia en todas las áreas de conocimiento, favoreciendo especialmente el empuje en las áreas de Ciencias Sociales y Humanidades», informó la institución académica.

Otros 352.000 euros serán para el Plan Propio de Smart-Campus, que tiene como objetivo incentivar y favorecer el desarrollo de la estrategia de la Universidad en las líneas encaminadas a la eficiencia energética, movilidad sostenible y energías renovables, entre otras cuestiones.

Y otros dos millones de euros serán para el nuevo Plan Propio Integral de Docencia, aprobado ayer por el Consejo de Gobierno. Su reto es avanzar en la calidad de la docencia, con el fin de que esta actividad se sitúe al mismo nivel que el reconocimiento de la actividad investigadora. Este plan propio abarca varios vicerrectorados (entre ellos, Grado, posgrado, PDI), y se vertebra en torno a tres ejes estratégicos: Calidad de las enseñanzas; acreditación, seguimiento y evaluación de títulos; e integración de la docencia en la sociedad y el sistema productivo.

En los presupuestos se incluye igualmente una importante cantidad de 18 millones de euros para continuar con las obras del campus que, como avanzó la vicerrectora de Smart-Campus en La Opinión de Málaga, Raquel Barco, en el próximo trienio la UMA invertirá en Teatinos 105 millones.

El proyecto de presupuestos fue presentado al Consejo de Gobierno por la gerente de la UMA, María Jesús Morales, quien destacó, entre otras cuestiones, que este año la distribución de los créditos a centros y departamentos está basada «en un modelo de reparto surgido del consenso producido en la comisión asesora de decanos y la comisión de directores de departamentos para su financiación presupuestaria», lo que, según explicó, «lleva a realizar un reparto más coherente con las necesidades reales de gasto, de forma corresponsable con los compromisos asumidos en los contratos-programa y mucho más objetivo y transparente».

Otro punto destacable de las cuentas del próximo año es el incremento que ha experimentado la beca de cohesión social, para la que la Universidad de Málaga dispone de una partida de 1,8 millones. La aportación ha aumentado en 500.000 euros, que se unen a un incremento adicional de 387.000, de los que 187.000 se destinan a compensar la discriminación que supone la bonificación de matrícula del decreto de la Junta para los becarios MECD.

Código ético

El Consejo de Gobierno respaldó asimismo el Código Ético de la UMA, cuya misión es inspirar la conducta y orientar la convivencia entre los miembros y colectivos de la comunidad universitaria. El documento recoge una guía general de principios y valores éticos que debe inspirar el desarrollo normativo y reglamentario, entre los que se encuentra la obligación de respetar los derechos fundamentales, la igualdad de trato, la libre expresión de la diversidad, la integridad en las relaciones interpersonales y el respeto por la autoría intelectual.