­Los veterinarios de Málaga están experimentando en las últimas semanas un repunte del número de extracciones de sangre realizadas a mascotas caninas, de cara la obtención y posterior inscripción de su código de ADN en el Registro Municipal de Animales de Compañía. La Ordenanza de Bienestar, Protección y Tenencia Responsable de Animales del Ayuntamiento de Málaga obliga a todos los propietarios de un perro a realizar la identificación genética del animal antes del próximo 31 de diciembre, lo que ha determinado el incremento de solicitudes de pruebas que están experimentando las clínicas. Según el concejal del Área de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, esta circunstancia ha llevado a que los veterinarios malagueños estén trabajando esta semana a un ritmo que supera las 250 pruebas diarias. «Las estimaciones nos dicen que incluso podrían llegar en la recta final a 300 pruebas diarias, hasta situar la cifra total de registros de ADN en torno a los 20.000», explicó Jiménez, quien advirtió que el plazo dado hasta el 31 de diciembre «ya ha sido prorrogado una vez, por lo que se trata de la fecha definitiva para la entrada en vigor de esta obligación y su incumplimiento podrá ser sancionado a partir del 1 de enero». El concejal destacó que este requisito se introdujo en la ordenanza como una forma de proteger el bienestar de los animales de compañía y favorecer la tenencia responsable por parte de sus dueños, a fin de evitar situaciones como la comercialización ilegal de camadas o que se les arranque el microchip para abandonarlos.

Los resultados de los análisis genéticos que se están haciendo estos días se incorporarán al registro municipal de animales de compañía que, a principios del mes de diciembre, contaba ya con la identificación genética de 12.500 perros de Málaga. Sus propietarios están ya en posesión de una tarjeta que recoge la información genética y una correspondiente chapa identificativa del animal, que sirven de comprobante de haber cumplido con el requisito establecido por la ordenanza municipal que regula la tenencia responsable de animales de compañía. La tarjeta incluye los 19 marcadores genéticos de cada perro, lo que permitirá su identificación y la de sus descendientes de manera indubitada, así como averiguar el origen de los excrementos abandonados en la vía pública, tras realizar la necesaria prueba genética. Las personas que aún no hayan realizado la identificación genética de su mascota canina tienen lo que resta de semana para realizarla. El Colegio de Veterinarios centraliza esta actuación, para la que ha fijado un precio único de 35€. El dueño del animal deberá comprar un vale como forma acceso al servicio.