A los que acostumbraban a contar muchas historietas del pasado, el desaparecido Chiquito siempre les soltaba, con su particular gracia: «¡Eres más antiguo que calle Mármoles!». Y no le faltaba razón. La arteria que divide los castizos barrios de la Trinidad y El Perchel ha estado siempre ahí. Forma parte de la esencia de Málaga y posee una solera que la hace especial a pesar de las consabidas aglomeraciones de tráfico. Lo que nunca le ha faltado a esta calle, repleta de comercios, es vida. Una vida que aunque a diario suele ser tranquila y poco dada a los sobresaltos se vio ayer zarandeada por los gritos de alegría que salían de La Biznaga, la administración que ayer repartió 128 millones de euros tras vender 32 series del 71.198, agraciado con el primer premio del Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad.

Pocos minutos pasadas las 12.00 del mediodía -los niños de San Ildefonso Yuseff Salhi y Noelia Katiuska Medina Campoverde cantaron el Gordo a las 11.54-, la responsable del establecimiento, Catalina Durán, rebosaba de felicidad e intercambiaba miradas cómplices con su hija Marina mientras medio centenar de periodistas la acorralaban en la puerta de su negocio para tomar la instantánea que hoy ilustra la portada de la mayoría de los periódicos del país. Entre lágrimas de emoción, Lina, como todo el mundo conoce a la afortunada lotera, contaba cómo una llamada de su hijo la alertó de que había dado el primer premio. «Había salido a llevarle a un cliente la lotería del Niño y mientras volvía mi hijo me llamó. No podía creerlo. Nunca pensé que daría el Gordo. Ha tocado en un barrio humilde, donde hace mucha falta».

A pesar de llevar 20 años en el negocio, Lina señaló que el 71.198 era un número nuevo de este año y que no se quedó con ningún décimo para ella. Y la novedad ha sido la que le ha traído la suerte. No tenía ningún presentimiento, pero recordó cómo tras cerrar el despacho la noche del jueves le tocó la barriga a su hija, embarazada de tres meses, y le dijo: «Ojalá que venga con un pan debajo del brazo». «¡Y fíjate! ¡Hoy hemos dado el Gordo!», contaba emocionada.

Poco a poco fueron apareciendo por La Biznaga algunos de los clientes que habían comprado algún décimo del 71.198, así como numerosos curiosos que solo querían ver de cerca la fiesta regada de champán que tenía al barrio revolucionado. En la puerta del bar El Racimo, la carnicería Matahambre y la papelería Prink, todos ellos negocios cercanos a la administración de Lina, también se contagiaron de la alegría. Nunca antes habían estado tan cerca de tal lluvia de millones. Y la pregunta que más se repetía era: «¿Tú has comprado?». «Echo aquí La Primitiva todos los días y ahora dan el Gordo. Qué le vamos a hacer», comentaba un vecino en la puerta del establecimiento, que declaró sentirse «contento» por los que llevaban premio.

Antonio Cervilla regenta la papelería Prink, negocio que está pared con pared con La Biznaga. Y ayer vio pasar la suerte por su lado. «No me ha tocado nada pero estoy muy contento por ellos. Le ha tocado a clientes míos y a muchos les hace falta», explica el propietario de este negocio familiar con el que llevan desde el año 78.

Cervilla llevaba también algún décimo pero no ha sido el agraciado, aun así, le quiso ver el lado positivo. «Mi tienda ha salido en todas las televisiones», explicaba entre risas. «Me puede tocar aún El Niño», sostenía sin perder la esperanza. El barrio que hace un mes despedía con tristeza a uno de sus vecinos más insignes, Chiquito de la Calzada, volvió ayer a sonreír gracias al premio más elevado que ha tocado en Málaga en la historia del Gordo. Puede que a partir de ahora el dicho sea: «Tienes más suerte que calle Mármoles». ¡Te da cuen!