La provincia de Málaga ha rubricado en este 2017 un nuevo ejercicio de reactivación económica con un crecimiento algo superior al del pasado año, superando así los vaticinios iniciales que presagiaban una ralentización de la actividad. Tras un 2016 que se cerró con un aumento del 3% del PIB, la cifra se situará en el 3,3%. El buen comportamiento de todos los sectores (incluido ya de nuevo el segmento inmobiliario, que vuelve a pegar fuerte), el mayor dinamismo de la demanda interna y el gran momento de las exportaciones han permitido neutralizar el menor impulso recibido de factores que en años anteriores actuaban como «vientos de cola» (caso de los bajos precios del petróleo y la política monetaria europea) y que ya no tienen igual incidencia.

El balance es así positivo en creación de empleo y bajada del paro aunque las cifras de desempleo son aún inadmisibles para una economía como la malagueña y casi duplican todavía a las que había antes de la crisis. Málaga tiene, al mes de noviembre, 158.300 parados inscritos en las oficinas de empleo (13.173 menos que hace doce meses y el nivel más bajo desde 2009) y una tasa de paro del 20,8% de la población activa (por encima del 16,3% de media nacional y por debajo del 25,2% andaluz). La cifra de afiliados a la Seguridad Social se sitúa en 581.334 (29.123 afiliados más que hace un año), con el mejor nivel de ocupación desde 2008 y muy cerca de los casi 591.500 de 2007.

Otro característica de este ejercicio ha sido la consolidación de un nuevo tope histórico de autónomos. Málaga tiene ahora 112.232 trabajadores por cuenta propia, 2.748 más que hace un año, lo que revela que muchos siguen optando por el autoempleo ante la falta de perspectivas laborales. Los sindicatos creen que este auge esconde también abusos por parte de las empresas, que recurren a la figura del «falso autónomo» en lugar de contratar.

La reactivación se traduce también en un ritmo de creación de empresas que sitúa a Málaga con un censo muy cercano al de antes de la crisis. La recesión se ha llevado en estos años por delante a más de 16.000 empresas de la provincia, pero también se están generando nuevos negocios que compensan en parte a los que desaparecen. Así, Málaga tiene a noviembre más de 57.300 firmas de alta en el Régimen General de la Seguridad Social, la cifra más alta a estas alturas del año desde el inicio de la crisis, en 2008, y muy próxima a las 58.800 de 2007, en la cúspide del boom económico. Por otro lado, este año se han generado más de 4.200 nuevas sociedades mercantiles, un buen dato pero un 9% inferior a las creadas en el mismo periodo de 2016.

En cualquier caso, la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) admite que el actual tejido productivo no es comparable aún con el de antes de la crisis, ya que, por lo general, las compañías extintas generaban más empleo que las que están surgiendo. Por otro lado, las plantillas medias de las empresas que sí han superado la crisis son, por lo general, más reducidas que las que tenían en 2007. De hecho, la tasa de paro en aquel año era sólo del 10,4%.

El presidente de la CEM, Javier González de Lara, considera que 2017 ha sido «un año excelente, aunque dentro todavía del contexto de crisis». «Se ha confirmado el camino de la recuperación. Ha sido un ejercicio para recordar por nivel de crecimiento», apunta.

El paro, a su juicio. sigue siendo la asignatura pendiente. «El reto es consolidar una mayor caída del desempleo aunque hay que recordar que la tasa de paro ha estado por encima del 30% y ahora estamos en poco más del 20%. Y aunque no es consuelo tenemos ya un nivel de PIB similar al de antes de la crisis. Eso es algo muy positivo con lo que también debemos quedarnos», opina.

Desde Analistas Económicos de Andalucía, del Grupo Unicaja, su coordinadora de informes, Felisa Becerra, afirma que 2017 «ha sido en general positivo, mejor de lo que se esperaba» al superarse las expectativas iniciales de moderación del crecimiento. El empleo es la variable a mejorar. «Se mantiene la creación de empleo y el paro baja, pero la tasa de desempleo es todavía muy alta. Hay que seguir insistiendo en resolver ese problema»», dijo. En 2018, afirma, se seguirá creciendo, «aunque de entrada la previsión es que se hará de forma más moderada».

Los economistas también se muestran razonablemente satisfechos. El decano del Colegio de Málaga, Juan Antonio Robles, dice que el año ha confirmado la tendencia de recuperación. «La economía empieza a estar saneada. La bajada del paro está siendo proporcional al crecimiento y lo hacer forma ordenada y estable, es decir, con el empleo creciendo en todos los sectores. Podemos decir que estamos ya en mejores condiciones en el caso de que se produjeran futuras nuevas crisis», apunta. En el debe, resalta la necesidad de que los bancos terminen de abrir ya por completo el grifo del crédito al sector privado.

Por su parte, los sindicatos denuncian la precariedad del empleo generado. El secretario general de CCOO y UGT, Fernando Muñoz, explica que el paro baja, mayormente, porque también lo hace la población activa, y asegura que el empleo que se está generando sigue marcado por la precariedad. «Se recurre mucho a la jornada parcial, sobre todo en hostelería y comercio. También necesitamos, a nivel general, que los sueldos empiecen a subir de nuevo, porque los resultados empresariales están siendo buenos», apunta. Los datos revelan que el nivel de ocupación continúa muy ligado a la campaña turística de verano, Además, casi el 95% de los contratos que se firman cada mes en Málaga son temporales y el 40% a tiempo parcial. Dos de cada tres contratos eventuales duran menos de un mes, y en la hostelería, por ejemplo, la rotación laboral es enorme.Turismo y construcción

Por sectores, el año ha sido excelente de nuevo para el turismo. Hasta octubre, los hoteles malagueños han acumulado 4,79 millones de viajeros, un 0,9% más que el mismo periodo del año pasado. El incremento está impulsado por los visitantes extranjeros, ya que el mercado nacional cae un 7%. Las pernoctaciones sí bajan ligeramente respecto al récord de 2016: han sido 18,1 millones de estancias hasta octubre, un 0,6% menos. Además, los ingresos por habitación del litoral han crecido más de un 7% de julio a octubre y el empleo hotelero registra ya un nivel similar al de 2006 y 2007, antes de que la recesión económica hiciera mella en el turismo.

Otra buena noticia la deja el comercio exterior, también en cifras históricas. Málaga lleva 1.878,9 millones de euros acumulados en exportaciones hasta octubre (un 13,2% más que en 2016) y va camino de cerrar este 2017 con casi 2.250 millones. La Cámara de Comercio de Málaga, sin embargo, afirma que la provincia necesita más empresas que exporten. Las que sí aprovechando cada vez mejor el mercado internacional son las firmas agroalimentarias, que acaparan ellas solas el 51,6% del volumen total exportador de Málaga. También ha sido muy destacable el significativo incremento de las importaciones (2.855,5 millones hasta octubre, un 77,7 % más), señal de que la demanda interna y el consumo repuntan.

Por su parte, la construcción ha confirmado en este 2016 su revitalización. Sube un 12% la compraventa de viviendas (en su mejor nivel desde 2009, con más de 25.000 hasta octubre, y muy cerca del dato de 2008) y un 22% la firma de hipotecas. El sector, además, está inmerso desde hace un paro de año en la construcción de nuevas promociones (sobre todo en la capital y en el área de Marbella), ya que el stock de viviendas heredado de la época del boom está casi finiquitado.

También la cifra de futuros proyectos sigue subiendo. Según el Colegio de Arquitectos de Málaga, los tres primeros trimestres del año se han saldado con 3.840 viviendas visadas y una subida del 86% sobre 2016. La cifra es la más alta en nueve años aunque muy lejos aún de los niveles previos a la crisis (en 2006 se visaron casi 45.000 viviendas y en 2007, 27.000).

La inversión de las administraciones en obra pública también repunta aunque la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP) cree que el nivel es aún muy bajo. Según el colectivo Seopan, la provincia ha recibido hasta agosto 222 millones, un 36% más que en el mismo periodo de 2016. Se estima que el conjunto del año se moverá en unos 300 millones, cifra que en todo caso se sigue considerando «escaso» para una provincia como Málaga. Antes de la crisis, el volumen se movía entre los 1.000 y los casi 1.500 millones al año.