El duelo en las urnas para las elecciones autonómicas en la provincia de Málaga dejará una victoria del PSOE, con una diferencia mínima en escaños sobre el PP, y con Ciudadanos como triunfador secundario de la cita, logrando la conquista de un tercer diputado. Podemos pierde a un representante e IU logra mantener el escaño que ocupa en estos momentos José Antonio Castro. La foto fija en lo más alto del podio no difiere mucho de los resultados de 2015. Los socialistas son la primera fuerza con un 30,1 por ciento en intención de voto y seis diputados. El PP sigue en segundo lugar y obtiene el 26,7 por ciento de los apoyos. Los de naranja, con un 14 por ciento relevarían a Podemos (13,6%) para colocarse en la tercera posición. Cierra IU con un respaldo del 7,5 por ciento. Al menos, ese es el panorama que fija el sondeo electoral de Celeste-Tel para La Opinión de Málaga y el Diario de Jaén, basado en 400 encuestas telefónicas en las que se le inquirió a los malagueños sobre su preferencia en el voto si son llamados a las urnas.

De entrada, el escrutinio subraya una tendencia muy similar al comportamiento global de las ocho provincias andaluzas, tal como se refleja la encuesta publicado por este periódico en el día de ayer.

Los socialistas registran un descenso leve en votos (de 202.785 a 197.457), pero seguirían abarcando la mayoría del pastel con sus seis diputados. De llevarse estos resultados a la realidad, también supondrían un espaldarazo para José Luis Ruiz Espejo. Los comicios autonómicos serán su primera prueba de fuego real con el nuevo traje de secretario general. Para fijar el contexto, cabe recordar que el PSOE tocó suelo en 2011, con tres diputados. Entonces, el PP salió como triunfador absoluto, beneficiado, sin duda, por la variable de castigo a Zapatero.

Aunque los populares, presididos en la provincia por Elías Bendodo, siguen a rebufo del PSOE se ven debilitados electoralmente. En comparación con los resultados de 2015, pierden 15.508 votos. La fuga de papeletas tiene como claro agraciado a Ciudadanos. La formación naranja registra el mayor crecimiento y lograría sacar un tercer diputado por la provincia. En intención de voto, la formación que lidera Teresa Pardo en Málaga llegaría hasta el 14 por ciento (11,8% en 2015). Tras irrumpir en 2015, estos resultados supondrían un aval para una formación que rentabilizaría el tirón de su presidente a nivel nacional, Albert Rivera. El trabajo de campo realizado por Celeste-Tel se hizo del 4 al 18 de diciembre y no contempla el posible efecto catapulta de la victoria de Inés Arrimadas.

La lectura de la encuesta sugiere una lucha reñida por el tradicional votante del PP, sobre todo en Málaga capital y las grandes ciudades de la Costa, donde los de naranja se ven con más capacidad para ahondar en la herida. Los populares se verán en una tesitura nueva que exigirá afinar muy bien la estrategia. Por primera vez, no les bastará sólo con arrear al PSOE.

En lo que respecta a Podemos, la encuesta vaticina un descenso en el respaldo para la formación que encabeza en Málaga Alberto Montero. Pasaría de 15,1 por ciento al 13,6 por ciento y se dejaría por el camino a un diputado. El trasvase no es pronunciado, pero Ciudadanos también se nutre de exvotantes de Podemos, lo que evidenciaría lo mal que digieren el debate territorial en la formación morada. IU cierra con un diputado, a falta de saber si se revalida la alianza.