Familia, compañeros y muchísimos amigos y conocidos de Antonio Garrido Moraga acudieron este martes al Parque Cementerio de Málaga para dar el último adiós al profesor universitario y parlamentario andaluz, una persona muy querida y admirada en las esferas políticas, así como en el mundo cultural y cofrade de la ciudad. Desde primeras horas de la mañana hasta la celebración de la multitudinaria misa funeral, que arrancó a las 18.00 horas, numerosas personalidades quisieron acercarse a Parcemasa para despedirse del que también fuera concejal de Cultura de Málaga entre 1995 y 2000.

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez; la ex vicepresidenta del Congreso de los Diputados, Celia Villalobos; el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno; el presidente de la Diputación, Elías Bendodo; el secretario general del PSOE de Málaga, José Luis Ruiz Espejo; el portavoz del grupo municipal del PP, Carlos Conde, acompañado de varios compañeros de corporación -Mario Cortés, Elisa Pérez, Francisco Pomares, Teresa Porras, entre otros- en representación del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que no pudo asistir por estar en Fitur. También acudió el portavoz del grupo municipal del PSOE en Málaga capital, Daniel Pérez; el presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, Pablo Atencia; el director del Centro Andaluz de las Letras, Juan José Téllez; el director del Centro Generación del 27, José Antonio Mesa Toré; la directora del Museo Carmen Thyssen, Lourdes Moreno; el director del Museo del Patrimonio Municipal, Elías de Mateo; los escritores Guillermo Busutil y Aurora Luque, y el periodista Domi del Postigo, entre otros muchos, fueron algunos de los numerosos asistentes al cementerio. «Fue la persona capaz de poner en marcha la Málaga cultural», destacó Celia Villalobos, que dijo sentirse orgullosa de haber compartido amistad con un «hombre tan culto y con un humor tan fino» como fue Garrido Moraga. «He perdido a un amigo», dijo Rosa Aguilar, quien consideró al malagueño como «un intelectual, un hombre de la cultura, un excepcional orador y un extraordinario parlamentario».

Por su parte, Juanma Moreno, declaró sentirse «consternado» por la pérdida de «un amigo y un gigante de la cultura». «Es difícil encontrar a personas con tanta capacidad cultural», aseguró el presidente de los populares andaluces. Atencia, que también se confesó «consternado», aseguró que con el fallecimiento de Garrido Moraga «el mundo de las cofradías de Málaga pierde a uno de sus pilares fundamentales de la última década» .

A lo largo del día se sucedieron numerosas manifestaciones de pésame por la muerte del malagueño. Así, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, declaró su «más sentido pesar» por el fallecimiento del parlamentario, tanto a su familia como a aquellas personas e instituciones «que tuvieron la suerte de contar con su amistad y con su trabajo». «Su fallecimiento es una pérdida irreparable tanto por su implicación en el mundo cultural y universitario como por su relevancia social y política», declaró el ministro, quien destacó los servicios que Garrido prestó al frente del Instituto Cervantes de Nueva York o su trabajo como director de la Fundación María Zambrano.

Guillermo Busutil calificó a Garrido Moraga como un hombre «grande en todo». «En verbo, en ironía, en generosidad y en conocimiento. Málaga ha perdido al kilómetro cero de la Málaga cultural». Lourdes Moreno recordaba «la pasión por el arte, por comunicar y por enseñar» de este ilustre malagueño cuyas cenizas descansarán en el columbario de la cofradía del Sepulcro.