El Ayuntamiento de Málaga amplía el estudio sobre la parcela de Repsol para conocer el estado de los terrenos y determinar si es necesaria una descontaminación previa a la urbanización. Se trata de la continuación de los trabajos realizados por Inerco, empresa que contrató la Sareb. Las firmas Ramboll y Smarting han iniciado nuevas etapas de investigación por encargo municipal.

Los trabajos de Ramboll y Smarting, en los que han empleado una retroexcavadora, han consistido principalmente en el reconocimiento del estado del suelo y de las aguas, la localización de puntos de muestreo y la realización de 16 catas con una profundidad máxima de 4 metros para extraer muestras que serán analizadas por laboratorios homologados.

Los resultados de este estudio se tendrán en tres meses y permitirá a Ramboll -estudio hidrogeológico- y Smarting -caracterización de detalle del suelo- conocer la situación de los residuos en el terreno y de las aguas subterráneas, lo que permitirá actuar en los terrenos acorde con los riesgos que se detecten en función de los futuros usos de la parcela y desbloquear la urbanización.

Zonas verdes

El pasado 14 de diciembre, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acompañado por los portavoces del PP y Cs -Carlos Conde y Juan Cassá, respectivamente-, anunció que se había alcanzado un acuerdo entre el equipo de Gobierno y su socio de investidura sobre Repsol con el objetivo de que se ponga a disposición de los malagueños, lo antes posible, el parque con la superficie máxima que permite la ordenación urbanística en vigor. En total, 128.459 metros cuadrados para zonas verdes, espacios libres y equipamientos -lo que supone un aumento de 48.573 metros cuadrados respecto a la previsión inicial, que ascendía a 79.886 m2-.

La recuperación ambiental es un paso incluido en el proyecto de urbanización. Tras él, el proyecto será aprobado por la Junta de Gobierno Local, se someterá a información pública y pasará por la Junta de Andalucía -a quien corresponde en este punto dar conformidad desde las consejerías de Cultura y Medio Ambiente- para luego aprobarse de forma definitiva en el Consejo de la Gerencia Municipal de Urbanismo y licitarse. El objetivo es que la licitación se produzca dentro del presente mandato.

Uso residencial

En 1991, el Ayuntamiento de Málaga y Repsol firmaron un convenio para desmantelar los depósitos de la planta de almacenamiento de petróleo, construida a mediados de los años 60, para su uso residencial. El PGOU contemplaba entonces viviendas y un parque. En 2001, el Consistorio y la multinacional suscriben un nuevo acuerdo para retirar los tanques y descontaminar los terrenos, trabajos que se realizaron y obtuvieron el visto bueno del entonces delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Ignacio Trillo. En 2012, el municipio y Sareb adquieren los terrenos junto a los derechos urbanísticos que les corresponden.

Entre los años 2001 y 2002, el suelo de Repsol fue objeto de medidas correctoras realizadas por URS-Dames & Moore (D&M) que sanearon el terreno para que pudiera tener uso residencial. Las actuaciones -validadas, como se ha indicado, por la Junta de Andalucía a través de la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente- consistieron en la extracción del producto en fase libre sobre las aguas subterráneas y en la descontaminación mediante aireación para favorecer la volatilización y la biodegradación de los hidrocarburos.

En aquel momento no existía una legislación específica para la contaminación del subsuelo, que llegó con la entrada en vigor del Decreto 9/2005, de 14 de enero, donde se establece la relación de actividades potencialmente contaminantes del suelo y los criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados, con la aparición de nuevos requerimientos.

Estos nuevos requerimientos son los que llevaron a Sareb a encargar el estudio de 2017 (Inerco) y al Ayuntamiento a hacer ahora lo propio (Ramboll y Smarting) con mayor nivel de detalle -nivel 3-. Hay que tener en cuenta que en el estudio de Inerco se tomaron un total de 140 muestras, de las cuales sólo seis dieron como resultado indicios de contaminación.