Cinco alegaciones se han presentado para enmendar el proyecto de ordenanza de vía pública. Las dos principales, las de la asociación Málaga Hostelería (Mahos) y la de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga. Ambas muy críticas.

Así la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga afirma que el proyecto de ordenanza no es tal, sino «un simple compendio de normas de instalación para empresarios del sector».

Los hosteleros van aún más allás, a través de su asociación empresarial Málaga Hostelería (Mahos) y advierten de que el proyecto de ordenanza puede provocar cierres y despidos. En concreto, rechazan que las terrazas no puedan tener una superficie superior al 75% de la superficie del propio establecimiento y advierten de que «imponer este porcentaje afectará de forma negativa a algunas empresas» y aperciben de que «reducir el porcentaje incidirá negativamente tanto a empresas y trabajadores, teniendo que tomar decisiones que afectarán a la contratación y a la eliminación de puestos de trabajo».

Los vecinos del Centro resaltan en su alegación que el proyecto de ordenanza «abre la veda a la arbitrariedad» y se preocupa «ante todo de establecer un conjunto de normas que favorezca la instalación de los negocios de hostelería» en nuestras calles y plazas; en definitiva, que «plasme exclusivamente los intereses que defienden los empresarios de dicho sector e ignore la protección de los derechos e intereses de la ciudadanía».

La asociación vecinal es especialmente crítica con los planes de aprovechamiento que establece la propuesta de ordenanza y que permitirán suavizar y rebajar las exigencias para la instalación de terrazas en determinadas zonas. En su alegación, señalan que estos planes «suponen un atentado frontal al principio de igualdad consagrado en la Constitución» y exigen que dichos planes, «en cuanto suponen una aplicación no igualitaria de la norma, deben ser expulsados de la ordenanza». También piden la eliminación de las salvedades que se plantean a la instalación de mostradores, el amontonamiento de mesas y sillas en la vía pública, o la ocupación fuera de los límites de la fachada.

Rechazan también la instalación de los toldos fonoabsorbentes, que producirían un impacto visual y estético «de tal calibre que lo que hoy entendemos por Centro Histórico sería dificilmente distinguible de un vulgar parque temático o de la Feria de Sevilla».

Hosteleros

Los hosteleros, por su parte, además de rechazar el recorte de espacio a las terrazas, señalando que eso puede ocasionar despidos, se pronuncian también contra lo que consideran «las excesivas facultades que se le otorgan a la Policía Local para poder retirar terrazas que incumplan la normativa. Estiman que crea «inseguridad jurídica» y colocan al empresario «en la mayor y más absoluta indefensión». Igualmente, consideran «excesivo» el espacio de 3 ó 4 metros que la ordenanza exige dejar libre en las calles peatonales. Esto iría contra la idiosincrasia del Centro, donde abundan las calles estrechas y donde «las terrazas ahí instaladas contribuyen al enriquecimiento del tejido empresarial y del entorno como algo típico de la ciudad, siendo además un fuerte atractivo para el turismo».

Alegan además contra la prohibición de instalar toldetas laterales en algunas calles del Centro Histórico por ser «una discriminación negativa en detrimento de las empresas ubicadas en esa localización»; además, «no entorpece el paso peatonal ni afecta a la seguridad de las personas, es más consideramos que contribuye a minimizar el ruido procedente de los veladores en beneficio de los vecinos colindantes».

Otras asociación patronal, la Asociación de Empresarios y Comerciantes (ACER), y la comunidad de propietarios de Parque El Romeral II y III también han presentado alegaciones junto al grupo municipal Málaga Ahora.