No son pocos ni pequeños los alijos de cocaína que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están interceptando últimamente en nuestro país, eficacia que obliga a los grandes narcos a salvar «el muro de contención» que supone España abriendo y consolidando nuevas rutas de entrada a Europa como Bélgica y Holanda. Según el Ministerio del Interior, el 40% de la cocaína aprehendida en el viejo continente se intercepta en España. El origen es Brasil, Chile, Panamá, Perú, Colombia, Ecuador y Costa Rica, mientras que los principales destinos españoles son sus puertos más importantes: Algeciras, Valencia, Barcelona y Vigo. Por su parte, la técnica habitual es enviar varios contenedores «sin contaminar» y uno solo «contaminado» a través de distintas empresas de exportación de todo tipo de mercancías legales al mismo o distintos puertos marítimos para minimizar riesgos. Para tener más probabilidades de éxito, las organizaciones usan el denominado «gancho ciego», cuando tanto el remitente como el destinatario son conscientes de que el envío se utiliza para el tráfico de mercancías ilícitas. Sin embargo, desde Interior reconocen que últimamente se ha detectado un nuevo modus operandi denominado «drop off», que consiste en colocar un dispositivo de geolocalización en la droga antes de lanzarla en bultos desde buques mercantes legales en los que los narcos cuentan con el favor de parte de la tripulación.