Fue en julio de 2017. El edil de Turismo, Julio Andrade, dijo que la ciudad estaba estudiando gravar los pisos vacacionales e instaurar cupos de estos por calles, según la saturación de las mismas. En ello estaban trabajando su área, Urbanismo, el Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU), los hoteleros y los empresarios de viviendas turísticas, pero desde ese momento no se ha concretado nada, al menos hasta ahora. Ya se ha detectado que hay propietarios de pisos vacacionales que después de registrarlos en la Junta de Andalucía vuelven a la zona alegal para evitar el pago de impuestos. De momento, se ha puesto un número de teléfono, el 010, a disposición de los ciudadanos para que denuncien problemas de convivencia, quejas, hagan sugerencias o advertencias en relación a los pisos vacacionales existentes en la ciudad, que se encuentran fundamentalmente en el Centro Histórico, Teatinos y la zona Este de la capital. En la ordenanza, que sigue bajo análisis, podría incluirse un gravamen a estos pisos en forma de reforma del IBI o según el consumo de basura, aunque son sólo, de momento, propuestas.