Hay historias que merece la pena ser contadas. En Ideas en femenino es algo que tienen muy claro. Las mujeres hacen historia y esa melodía debería escucharse para mostrar vidas ejemplares. El hotel Vincci Selección Posada del Patio acoge la 14º edición de Ideas en femenino, un encuentro para todos en el que mujeres cuentan sus historias. Carreras profesionales y personales que están cambiando el mundo. El evento se celebra hoy a las 18.00 horas y cuenta con la participación de tres ponentes relacionadas con el mundo empresarial.

Martina Pineda es una de ellas. Esta malagueña tenía desde muy pequeña una infinidad de inquietudes que ya apuntaban que sería una emprendedora. «En mi familia siempre hemos sido de clase media y el concepto era el de estudiar una carrera y trabajar para mantener una seguridad laboral», expresa Pineda. Sin embargo, ella, que había estudiado Traducción e Interpretación, tras crear su primera empresa fallida y tener un trabajo fijo con «un buen sueldo», decidió arriesgar y montar su propia empresa. «Siempre he dicho que hay dos opciones, hacer lo que se debe y hacer lo que se quiere. Estuve trabajando en el Palacio de Ferias y Congresos, ese fue mi primer contacto con la organización de eventos. Estuve allí cinco años y tenía un buen sueldo, pero me picó el gusanillo, quería algo más», expresa Pineda, que en ese momento descubrió que podría crear su propia empresa de organización de eventos institucionales y empresariales. Así surgió Lamar. «La incompatibilidad del trabajo y la vida familiar me hacía pensar constantemente en crear mi propia empresa». Así, Pineda, teniendo dos hijos y un trabajo que acaparaba todo su tiempo, decidió ser su propia jefa. «Al final termina siendo lo mismo, pero te das cuenta de que lo importante es dar la misma importancia a la vida familiar como al trabajo», asegura.Directora comercial

Otra que no puedo evitar «no parar» en ningún momento es Setareh Mohregi. Esta mujer de origen iraní, nació en Alemania, el país donde sus padres se conocieron. Allí estuvo varios años hasta que su familia decidió trasladarse a Marbella, la ciudad que la vería desarrollarse como profesional, pero solo a medias. «Mi padre es arquitecto y por motivos de trabajo tuvimos que mudarnos a California. En Chicago realicé y terminé mi carrera. Una noche, sin previo aviso y bajo votación familiar, decidimos volver a Marbella», expresa Mohregi. Cuando regreso a la provincia, estuvo trabajando en varios lugares. «Primero estuve en una agencia de viajes unos tres o cuatro meses, pero decidí que no me gustaba mucho. Después, en una agencia de moda. Allí hacía trabajos muy pequeños, sin embargo, y como acababa de realizar un máster en marketing, decidió realizar un proyecto y presentarlo a sus jefes. «En esta empresa empecé desde cero. Llevaba incluso el café, y como no me puedo estar quieta, presenté el proyecto a mis jefes. Ese proyecto me convirtió en la directora de marketing de la empresa».

Sin embargo, Mohregi dejó este trabajo y pasó a crear una empresa con unos amigos de sus padres que finalmente tuvo que cerrar. Al no tener trabajo en ese momento, recurrió a su hermana, inmersa en el mundo de la venta inmobiliaria y que le recomendó acceder a un puesto de trabajo en una empresa que estaba interesada en su currículo. «Así llegué a Gilmar. Empecé poco a poco, en mitad de una crisis económica en 2008. Pero con el paso de los años y de probar varios puestos en la empresa, me convertí en la directora comercial de la oficina y llevo ya 14 años trabajando allí», indica felizmente.

Bodega familiar

Verónica Salgado también sabe lo que es luchar por mantener una empresa, en esta ocasión a sus espaldas, junto con sus padres, quiénes crearon Bodegas Ascensión Repiso Boscos. Esta joven estudió Ingeniería Técnica Agrícola. De forma paralela, su familia creó las bodegas durante el año 2000. «En un principio no trabajé en las bodegas de mi familia. Estuve en otras bodegas donde aprendí muchísimas cosas. Cuando nuestra empresa se afianzó fue cuando mis padres me dijeron que trabajase con ellos», apunta Salgado.

Esta joven empresaria asegura actualmente que «trabajar con la familia es un gran apoyo», ya que «siempre te sientes respaldado». «Sin embargo, el trabajo es bastante duro ya que eres tu propio jefe y todo el peso recae en ti».