Tras su conferencia en la segunda edición de emprendimiento que La Opinión organizó esta semana, Silvia Leal nos desglosa un poco más cómo abordar esta nueva era tecnológica.

La transformación digital es mucho más que aplicar tecnología.

Claro, es que aquí tienes dos visiones. Coges la tecnología y la metes, por lo que estás digitalizando, o coges la tecnología y analizas qué puedes hacer con ella para que te haga más rentable y te haga vender más. Si usas eso para conseguir ese objetivo y transformas tu organización con la tecnología, te estás transformando. Es necesaria la tecnología pero no de cualquier manera y a cualquier precio. Tú no puedes comprar tecnología porque te haga más moderno, tienes que comprar tecnología para resolver un problema o ganar algo. Tienes que tener muy claro cuánto te cuesta y cuánto vas a ganar. Si no, no te metas.

Formación, ingenio y ganas es lo que hace falta para unirse a esta revolución tecnológica. ¿Cómo se conjuga esto?

Hoy la innovación lo que requiere son ideas que no hayan tenido los demás y que sean rentables. Para tener esas ideas hace falta ingenio, es decir, necesitas eso que no han visto los demás, y necesitas estar formado porque si no las ideas serán locas. Entonces la formación y el ingenio van en las ideas, y las ganas van porque la innovación es un proceso muy complicado en el que muchas veces te llevas sorpresas desagradables o las cosas no salen como tú esperabas y hace falta energía.

El sector sanitario es uno de los que más está apostando por esa transformación a través de la inteligencia artificial. ¿Cuál cree que serán los siguientes sectores?

Estamos frente a una transformación que lo puede abarcar todo pero estamos en un mundo de valientes, ¿cuáles van a ser los siguientes valientes que se van a sumar? Yo espero que sea la educación. Todos sabemos que tenemos un serio problema con la educación de los niños y hemos visto un montón de cosas que realmente les hace la experiencia más agradable e intensa. También espero que sea el mundo asegurador porque estamos viendo en blockchain el impacto que tienen las primas. Es brutal y hay mucha gente que tiene serios problemas para pagar las pólizas de seguro de su hogar o su coche. Espero que sea el industrial por que si somos más productivos y lo hacemos con inteligencia, se beneficiará la sociedad de cosas más baratas al alcance de todos. También espero que sean los hoteles porque harán la estancia más agradable y se generará más negocio, al igual que la robótica social porque hablar del mundo médico es una cosa y hablar de niños discapacitados, autistas, etc, es otra muy distinta y ahí las posibilidades son brutales.¿Cuál no? Esa sería mi pregunta.

Una persona parada, o con empleo pero con ganas de mejorar, y que ha estudiado Letras. ¿qué le diría?

Cuando me preguntan los padres: «¿Qué hago con mi hijo que quiere estudiar filosofía?» Les digo que les digan que estudie lo que quiera porque todas las carreras de humanidades tienen futuro si están digitalizadas. En estos momentos la inteligencia artificial es una tecnología por la que están apostando las empresas tecnológicas y las personas que están detrás de esos desarrollos son del mundo de la filosofía lógico-analítica. En el caso de los robots empáticos o robots que trabajan con niños hace falta gente del mundo de la psicología o sociología que les digan a los desarrolladores cómo hay que gestionar ese robot para que en un momento dado reacciones de una forma u otra y funcione bien. ¿Qué le diría a las personas de humanidades? Que estudien tecnología con cursos gratuitos, que se compren cosas que hay tecnología muy barata como Arduino, por ejemplo. Que se pongan las pilas y, sobre todo, que lo cojan con ganas. El futuro no es de los tecnólogos, también es de las personas de humanidades con conocimientos de tecnología como demuestra la robótica o la inteligencia artificial. El futuro es de la gente que sabe innovar con la tecnología.

La emoción más presente en Occidente es el miedo, y en España, en concreto, el miedo al ridículo. ¿Cómo se trabaja esto?

Eso lo tiene que trabajar uno consigo mismo y siendo consciente de cómo le limita. Las personas que tienen a alguien a su cargo tienen que conseguir que, con acciones concretas, el equivocarte o decir algo que no gusta, no sea un problema. Y como diría Albert Einstein: «Predicando con el ejemplo».

Málaga es una ciudad turística y la Costa del Sol es una marca mundial, ¿ qué cree que debería trabajar para reforzar su tejido empresarial y no vivir solo del sol?

Creo mucho en todo lo que tiene que ver con las redes sociales, tener experiencias más intensas y, sobre todo, si hablamos del mundo hotelero y el turismo, justo estaba hablando con el director general del Parque Tecnológico de Andalucía, Felipe Romera, y me contaba que se ha lanzado un proyecto para que Málaga sea el referente en temas de blockchain. ¿Qué es lo que hay que hacer? Seguir haciendo las cosas como hasta ahora que para eso es un referente, pero seguir lanzándose también a otros mundos como el de los parques tecnológicos y el empresarial que puede traer mucho dinero y más hoteles relacionados con el mundo empresarial. Mi recomendación sería que abran los ojos y que miren qué más pueden hacer. Hablábamos de inteligencia artificial asociada a las emociones y a la posibilidad de rentabilizar aún más los servicios que das, hablábamos de los chatbots y cómo vender más... Son tantas cosas que yo les diría que sigan haciendo las cosas como hasta ahora pero que estén alerta porque pueden seguir creciendo más.

Innovar con o sin tecnología pero innovar. ¿Cómo se hace y a dónde hay que acudir?

Tenéis un parque tecnológico maravilloso o los servicios que tiene la Junta de Andalucía también. Yo estuve con ellos lanzando unos servicios de información, «Andalucía compromiso digital» . Cada uno tiene que hacer su camino e informarse así que ¿dónde hay que ir? A casa a formarse. Hay que leer, hemos hablado de muchos casos de tecnología que se ha inventado leyendo... No hace falta un súper máster, empieza leyendo libros de transformación digital, pregunta en la Junta y cada uno que haga su camino porque si todos hacemos el mismo, iremos al mismo sitio.

En las empresas hay que saber aprovechar a las personas comprometidas e incluso dice que llegaremos a pagar por la atención humana. ¿Cómo evoluciona nuestro papel dentro de esta revolución?

Aquí depende de las profesiones y profesionales pero imagina los chatbots en un call center, llega un momento en el que tú con el chatbot no te entiendas porque no empatiza, no entiende un chiste... Vamos hacia las tareas automatizadas con estas nuevas tecnologías y luego están las personas que en su puesto de trabajo aportan algo distinto. Aportan humanidad, energía...Vamos donde aquella humanidad sea rentable como en procesos de venta, procesos de atención de un restaurante o de escucha.