­La maternidad se retrasa y los datos lo corroboran. Las malagueñas tienen su primer hijo a los 31,5 años de media, una cifra que supera la media de la Unión Europea que marca la edad media del primer hijo a los 29 años.

Los problemas de inserción de la mujer al mundo laboral y las dificultades para emanciparse y dar el paso hace que la maternidad se retrase y cada vez son más las que pasan los 30 de largo para tener un bebé.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran cómo se ha ido retrasando el momento. Si en el año 1996 el grueso de nacimientos se concentraba entre mujeres de 28 a 30 años, dos décadas después se registra entre los 32 y 35 años. En el 2005, año en el que hubo más nacimientos de los tres años citados, con 17.232 niños, las edades para ser madres se movían entren los 28 y 34 años, un momento de inflexión que mostraba el cambio demográfico en el que se ha visto inmerso la ciudad. Y no solo Málaga, en España también está la edad media para ser madre por encima de la Unión Europea con 30,8 años, según los datos que ofrece el Eurostat.

Cambios demográficos

La tasa bruta de natalidad por cada mil habitantes en Andalucía demuestra que no solo se retrasa la maternidad, también hay un cambio dentro del núcleo familiar y cada vez se tienen menos niños. En Málaga, en 1975, había 20,5 nacimientos por cada mil habitantes, una cifra que ha descendido de manera paulatina año a año. En 1994 solo alcanzaba los 10,4 nacimientos por cada mil habitantes, y en 2016 descendía a 9,12, según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Un comportamiento que se repite en toda la región aunque demuestra que Málaga está por debajo de la media regional con 9,1, frente al 9,4 de media a nivel andaluz.

Se tienen menos y se tienen más tarde. De los 12.635 nacimientos que registró la provincia en 1996, solo 97 era de mujeres de 40 años. Una cifra algo mayor presentaban entonces las de 39 años que supusieron hasta 141 embarazos. A los 45 o 46 años ser madre era algo aislado y solo 5 y 1 mujeres, respectivamente, se prestaron a la maternidad. Sin embargo, la evolución en los tratamientos de fertilidad y el retraso de la edad para concebir han hecho que estas cifras aumenten conforme pasan los años. Solo nueve años más tarde, en 2005, la dinámica es diferente por completo a la que se daba en los años 90. Hasta 225 mujeres fueron madres a los 40 años, e incluso 343 con 39 años. A los 45 años fueron madres 15 mujeres. Los datos crecen de manera exponencial en 2016, último año del que se tienen cifras, y muestran que en Málaga hubo 432 madres de 40 años; más de 500 si se contabilizan a aquellas con solo un año menos. Las mayores de 45 años también crecen y por primera vez, a diferencia de las fechas anteriores, una mujer de 50 años o más fue madre.

El cambio demográfico no queda ahí. Las mujeres no casadas pero con hijos ganan terreno y Málaga están entre el primer y segundo puesto con el porcentaje más alto desde 1975 y en comparación con el resto de provincias andaluzas. Si en 1975, la media regional estaba en 2,09 por ciento, Málaga ya la superaba y suponía el 2,39 por ciento. El porcentaje coge peso año tras año y en el año 2000 ya representaba el 20,9 por ciento de los nacimientos malagueños, frente a la media andaluza del 16,2 por ciento. La tendencia está al alza y en el año 2006, el 51,5 por ciento de los nacimientos en la provincia de Málaga fueron de mujeres no casadas, mientras que en 2016 la media regional estuvo en 48,1 por ciento. Solo le superó Cádiz que alcanzó el 53 por ciento, según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.

Con estos datos, los expertos ponen sobre la mesa dos aspectos clave de cara al futuro: la falta de nacimientos y el pago de las pensiones. Una de las soluciones pasa por aumentar el número de hijos por núcleo familiar. En esa línea, el porcentaje de nacidos de al menos un padre extranjero ha crecido aunque no lo suficiente para paliar el descenso.

Este fenómeno se dejó notar sobre todo durante el boom económico previo a la crisis, cuando Málaga recibía a muchas familias en busca de un mejor futuro laboral. Si en 1996 solo representaban el 5,5 por ciento del total, a partir del año 2000 ese porcentaje crece y en 2015 se sitúa en el 24,07 por ciento del total.